
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No lo habrán oído ni una, ni dos, ni tres veces. Sino muchas más. «El puente romano de Liérganes». Una incorrección que de tanto ... ser repetida, de pasar de boca en boca a lo largo de los años, ha terminado convirtiéndose en realidad. Pero lo cierto es que Liérganes nunca tuvo un puente romano. En realidad, el icónico viaducto pétreo de la villa sobre el río Miera data de finales del siglo XVI y fue diseñado por el arquitecto Bartolomé de Hermosa, con lo que a la sazón los romanos ya quedaban muy atrás en la historia. Una inexactitud que ayer el Pleno del Ayuntamiento quiso terminar de corregir al cambiar el nombre de la calle donde se encuentra por el de calle del Puente Mayor, en lugar del puente romano, como pone en el letrero hasta la fecha. No es la única modificación del callejero que ha salido adelante, a la vez se ha decidido modificar el topónimo de otras dos calles junto al de la céntrica plaza Marqués de Valdecilla, que pasa a ser la plaza de Los Cañones tal y como popularmente se denominaba desde siempre.
El Consistorio de Liérganes parece haber cogido gusto al cambio de letreros. Tras la polémica retirada de su cruz a los caídos y rebautizar el espacio donde se ubicaba como plaza de La Escuela a comienzos de este año, ahora el bipartito de Unión por Liérganes y Pámanes y Partido Regionalista ha llevado a pleno otras cuatro modificaciones en el callejero. Sin embargo, en esta ocasión no se justifican en la necesidad de cumplir la Ley de Memoria Histórica, más bien obedece a cuestiones prácticas y de rigor histórico y lingüístico. En todo caso, la propuesta salió adelante con el voto de cinco concejales del equipo de gobierno en coalición (faltaba una del grupo independiente y otra del PRC). Asimismo, tampoco acudieron nuevamente a la sesión los tres ediles de la oposición (PP), una vez más alegando motivos laborales, según dio traslado el alcalde, Santiago Rego.
De esta forma, se deja por escrito que el puente que protagoniza −junto a los picos de Busampiro (Tetas de Liérganes)− la postal más emblemática del bello pueblo, en realidad es una infraestructura medieval, al pasar a denominarse su calle aledaña Puente Mayor. «Los romanos no tuvieron nada que ver porque no estaban en Liérganes en aquellos años», apostilló Rego en el pleno ayer, intentando desterrar de una vez por todas el falso puente romano de Liérganes del imaginario colectivo.
El letrero que también cae es el de la plaza Marqués de Valdecilla. Pero a decir verdad, pocos son los que no se referían a ella como plaza de Los Cañones, nombre que tras la votación del pleno de ayer pasa a ser el oficial. «Queremos que se denomine como la mayoría de los vecinos la conoce debido a que ahí se encuentra la emblemática Casa de los Cañones», adujo al respecto Rego. No obstante, en el mismo acuerdo plenario se ratifica el agradecimiento del Ayuntamiento de Liérganes al marqués de Valdecilla, don Ramón Pelayo de la Torriente, pues tal y como reconocen si el espacio llevaba su nombre fue seguramente por su conocida labor filantrópica, por la cual donó al pueblo «importantes ayudas económicas» que sirvieron para sufragar distintas actuaciones.
Se trata entonces de una cuestión de practicidad. Nada que ver tiene que se dé la espalda al marqués ahora con la retirada de su nombre a la plaza más importante del pueblo y espacio protagonista de su Conjunto Histórico Artístico con un acto de justicia histórica; tal y como justificaban desde el Consistorio para retirar los honores y título de hijo adoptivo al ministro franquista Camilo Alonso Vega hace dos años. En ese caso el equipo de gobierno sí respaldó su polémica decisión en el cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica, al igual que hicieron cuando retiraron su nombre de la calle principal del casco viejo, vía que pasó a denominarse Juan Curtius en 2012.
Esta última también es una de las que se ha visto modificada en la sesión de ayer, puesto que según trasladó el alcalde en el momento del cambio «se estableció como Juan Curtius, pero el fundador de Liérganes de la Fábrica de Artillería en 1600 era natural de Lieja (Bélgica) y según la Real Academia de la Lengua no se pueden castellanizar los nombres, por lo que tiene que ser en realidad Jean Curtius». Por último, entre las modificaciones se contempla, en este caso en Pámanes, que la calle General Quintanilla sea mariscal Antonio de Quintanilla.
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