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Ni Alfonso X el Sabio se gan querido perder este martes una nueva representación de su 'Cantiga 263'. Junto a él nobles, bufones, campesinos y miembros del clero acudieron al Festival del Medievo de Medio Cudeyo. Con todos, una corte de más de 250 personas, ... entre ellos un nutrido cortejo de representantes de las asociaciones municipales, que ayudaron a recrear una vez más la trova medieval en la que se relata el milagro de sanación de un caballero impedido que se encomienda a la Virgen de Santa María de Cudeyo. Una fiesta catalogada de Interés Turístico Regional que ayer alcanzó nada menos que su XVII edición.
Pese a que el festival que se sucede agosto tras agosto en la iglesia de Santa María de Cudeyo del pueblo de Valdecilla tiene lugar bajo unas premisa tan rígidas como lo era la época medieval que recrea, siempre hay espacio para introducir novedades. En anteriores ediciones, se quiso hace una especial mención a las trovadoras y piezas marineras o se hizo un esfuerzo por representar las estrofas de La Cantiga por completo en su idioma (gaélico portugués) y tono originales. En esta ocasión, como no podía ser de otra manera, el histórico espectáculo se ha desarrollado con un guiño al Año Jubilar Lebaniego bajo el lema 'Puertas de encuentro', dado que la parroquia de Santa María de Cudeyo posee también una puerta del perdón que se hermana para la ocasión con la de Santo Toribio de Liébana.
Por lo demás, la cita ha seguido la estela de sus antecesoras, brindando un espectáculo cultural que combina música y teatro. Con el experto en el género de las cantigas José Ramón Rioz Ruiz al frente nuevamente de las diversas agrupaciones corales y músicos participantes, con la destacada presencia del rabelista y tañedor de instrumentos antiguos Esteban Bolado. La parte teatral por su parte ha corrido a cargo de la Escuela Municipal de Teatro de Medio Cudeyo, que dirige Fernando Rebanal, y que ha ofrecido una representación en clave de comedia, aunque sin perder el rigor y tono histórico de la 'Cántiga 263', de una obra escrita por el propio Rebanal para la ocasión.
Las Cantigas de Santa María configuran una joya literaria, musical y pictórica del siglo XIII y en este compendio hay más de cuatrocientas composiciones escritas en galaico-portugués y dirigidas y supervisadas por Alfonso X, entre las que destaca, como motor de este evento, precisamente, la número 263 en la que se narra el milagro obrado por la Virgen de Cudeyo, cerca de Santander, a un hombre enfermo que no podía valerse por sí mismo.
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