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«De como Santa María se apareció a un hombre que estaba tullido de todos sus miembros y, díjole que se hiciese llevar a su iglesia y sería luego sano». Así comienza la Cantiga 263 de Alfonso X el Sabio, cuya letra hace alusión al milagro de sanación de un caballero impedido que se encomienda a la Virgen de Santa María de Cudeyo. Un hecho histórico que Solares trajo ayer al presente –como lo viene haciendo desde el año 2005– con la interpretación musical y teatral del milagro, en la que esta vez han participado unas sesenta personas, ataviadas con ropajes medievales y la ilusión de rendir tributo a la historia y a la identidad. El acto comenzó a las seis y media de la tarde en la parroquia de Santa María de Cudeyo (Valdecilla), que antes había sido transformada en escenario medieval. Al son de las gaitas, hicieron su entrada en el templo el rey Alfonso y su mujer, la reina Violante de Hungría, acompañados del resto de los miembros de la corte. Los figurantes avanzaban solemnemente y el tiempo parecía haberse vuelto otro. El de hace ocho siglos.
«El lema de este año es 'Bibliotecas de salvación'», explicó Santiago Alamo, cofrade y fundador de la fiesta. El objetivo es resaltar «la importancia de las bibliotecas en la Edad Media». Por eso, ayer se rindió homenaje a don Teodoro Arnáiz Alegre, artífice de la primera biblioteca que hubo en el municipio. El profesor ya jubilado recibió una placa de manos de la alcaldesa de Medio Cudeyo, María Higuera. Fue el preludio al momento álgido de la tarde, la interpretación de la Cantiga 263, bajo la dirección musical y teatral de Francisco Rebanal. Además de esta pieza, se interpretó una de las Cantigas a la Virgen de Laredo. Mientras el grupo coral Ensemble Cantiga 263 –del que forma parte Alamo– aunaba sus voces, los actores y las actrices representaban el milagro. Y a la vez, la parte instrumental corría a cargo de Esteban Bolado y sus instrumentos medievales; con la vigüela de Manuel Galán, director del Coro de Cámara A Cappella de Santander, y la soprano María Hoyos, que interpretaba a la virgen y hacía de solista.
Teatro, melodía y voz en directo, una vuelta a un pasado «que es el patrimonio inmaterial del Ayuntamiento». Por eso, decía Alamo que los participantes se pasan los meses previos «preparando la interpretación» y que «tener una Cantiga en la que se mencione a tu pueblo en el siglo XIII, cuya partitura está recogida en las bibliotecas de Florencia y del Escorial es un privilegio». Es un privilegio que Valdecilla ha narrado, contado, cantado y recreado durante casi dos décadas. Ayer lo hizo otra vez, y al menos por unas cuantas horas, el templo de Valdecilla fue una iglesia del siglo XIII, con decorados que aludían a las bibliotecas medievales; con figurantes y escenas de hace mucho, mucho tiempo, que de alguna manera, seguro, han
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