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Llevaban décadas pidiendo un poco de progreso para su pueblo, fuera de cámara, en los despachos de Santander y reconocen que se les han quedado muchas cosas en el tintero -saneamientos o la renovación de las depuradoras-, pero estos cuatro años han tenido saldo ... positivo para Miera. El municipio, de apenas 400 habitantes, ha conseguido algo complicado para una pequeña Administración como esta, que incluso ha estado a punto de desaparecer por la falta de medios, y es atraer, durante esta legislatura, una inversión en infraestructuras básicas y de servicios de «más de dos millones de euros», cuando por si solos apenas generan 270.000 euros. La carretera a Miera, el nuevo consultorio de Mirones, una pista deportiva o la pronta transformación de una vieja escuela en un albergue son parte del premio al tesón de reivindicación de los merachos, tras inviernos de frío olvido.
«Tenemos que agradecérselo a la Virgen de Miera», dice el alcalde, Tarsicio Gómez, un político parco en palabras y muy poco dado a la foto institucional. No obstante, tras insistirle en que explique un poco más cómo le han salido los números afirma que «después de tantos años» esta vez el Gobierno regional «se ha acordado de nosotros» y, esto, «es de agradecer, porque tenemos derecho a contar con unas infraestructuras y servicios dignos», reflexiona.
2 millones de inversión externa ha atraído el municipio en los últimos años.
40.000 euros es toda la capacidad de inversión con la que se cuenta desde las arcas locales.
A inicios de 2015, Miera estaba literalmente con el agua al cuello. La supresión del fondo de cooperación a los Ayuntamientos lo había colocado al borde del abismo, según reconoce el regidor. Y es que los números no salen sólo con la recaudación de impuestos para cubrir los servicios básicos del territorio.
«Tenemos unos 270.000 euros de Presupuesto, pero hay que quitar de ahí los gastos de personal y de servicios y nos quedamos con unos 40.000 euros para invertir», añade. Sin ese fondo recuperado está seguro de que tanto Miera, como otros ayuntamientos de escasa población, habrían desaparecido.
Y las inversiones externas tardaron más de dos y tres décadas en asomar, pero llegaron porque no se cansaron de tocar puertas. Un ejemplo de ello es el arreglo de la CA-641; merachos de distintos signos políticos y corporaciones llevaban años reclamando unos accesos dignos a Miera. A inicios de legislatura, los propios vecinos de los barrios altos del municipio exigieron poder tener servicios, como un autobús de línea, ya que los vehículos grandes no podían subir hasta La Cárcoba, donde se encuentra el Ayuntamiento y la joya patrimonial y artística de la que presume el municipio, Santa María de la Asunción. Las reclamaciones surtieron efecto y, en 2017, el entonces consejero de Obras Públicas, José María Mazón, reconoció que lo de Miera era «de justicia».
En la actualidad se prevé que la carretera pueda estar finalizada en mayo, a falta de los remates. El importe de su ejecución supera el millón de euros para un puñado de vecinos, pero la actuación supone una oportunidad para dinamizar la zona turísticamente.
El propio alcalde reconocía y agradecía que parte de las inversiones que han llegado a su pueblo provienen desde Obras Públicas, como la mejora del firme de la carretera a Noja o el acondicionamiento del aparcamiento de la Cueva de Sopeña, así como la mejora de la seguridad vial en Mirones.
Las otras grandes inversiones que han llegado a Miera es el consultorio médico de Mirones. Ubicado en la zona conocida como Mies de Rebollar, las obras están a punto de concluirse. Se trata de otra inversión que ha ejecutado la empresa Senor por un importe de 250.303, cantidad que sufraga la Consejería de Sanidad y cuenta con financiación compartida, al 50%, de los fondos europeos Feder.
En este caso, Miera llevaba ya casi tres décadas demandando un edificio básico para atender las consultas del médico y el personal de enfermería. Hasta el momento, los pacientes contaban con un local provisional habilitado en las antiguas escuelas del pueblo, pero el espacio, «aunque era aceptable», no reunía las condiciones adecuadas ni para el personal ni para los vecinos.
Por otro lado, otra de las inversiones destacadas y que contribuye, entre otras cosas a dotar de servicios y fijar población, es la construcción de la pista polideportiva cubierta de Mirones. Una infraestructura que ha sido sufragada por la Consejería de Deportes. La inversión, según explica el primer teniente de alcalde, José Miguel Crespo, supera los 200.000 euros.
La reforma y acondicionamiento de las antiguas escuelas de Solana para construir un albergue turístico en Mirones, es otro de los proyectos ya dotados y a punto de adjudicar, que se ha licitado en 114.256 euros. Del mismo modo, en breve, se «abrirán las ofertas» para la construcción de una oficina de turismo por importe de 25.000 euros, y se ha acudido a la Asociación Valles Pasiegos para que se diseñe el proyecto de señalización y promoción del itinerario interpretativo en Mirones, por importe de 16.324 euros. «Queremos que la gente sepa que estamos a sólo veinte minutos de Santander, y que paren en la oficina de turismo para darles a conocer que tenemos rutas, cuevas prehistóricas, un centro de interpretación, nuestra iglesia... Para que no pasen de largo», añade Crespo.
Aunque parezcan actuaciones menores, en estos años también han llegado ayudas, en mayor y menor medida, para la apertura de pistas, como la unión entre el Picón y Ajanedo. En estos lugares, con apoyo de la máquina buldócer de Ganadería se ha ejecutado ya una pista de 1.200 metros entre los parajes naturales de La Cotera y el Cullao, pero se trata de una obra que tiene otras dos fases, para lo que se está pendiente de permisos especiales por tratarse de un Lugar de Interés Comunitario (LIC).
«La idea es crear una arteria principal que de acceso a un sinfín de parajes que jalonan a dicha pista como Sel de Yuso, Cubillas, La Negra, La Tangana, El Collao, Pino Calleja o las Tornerizas», explica Crespo. También se contempla unir el paraje de Sotillón en Miera con el de Angustina en Riotuerto.
Estas actuaciones no sólo ponen en comunicación las fincas para la actividad ganadera, sino que también pueden favorecer los accesos y la rehabilitación de cabañas, al dotarlas de accesos. «La apertura de pistas, el albergue o la oficina de turismo son revulsivos que suman para atraer a los visitantes a conocer la zona y a quedarse», concluye.
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