«Nuestro objetivo es mandar tablas a California»
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La Conversación ·
Italiano residente en Cantabria y fabricante de tablas de surf, ha montado su propio tallerCuando el mar trae una ola de fuerza titánica, hay que poner los cinco sentidos para surfearla. Y eso es lo que está haciendo el conocido 'shaper', o fabricante de tablas de surf, Matia Zulberti (San Remo, Italia, 1982), que desde hace un año está ... haciendo frente al cáncer de su hijo. Un maremoto que ha trastocado todos los aspectos de la vida de este italiano afincado en Cantabria. También en el terreno laboral, puesto que la nueva situación familiar le ha llevado a emprender y crear junto a un socio su propio taller en Somo. Un local, que llevará el nombre de 'Happy Bay', en representación a que «en estos momentos de oscuridad mi mujer y yo necesitamos que la de Santander sea nuestra bahía feliz», explica.
-Cambió el Mediterráneo por el Cantábrico, ¿por qué?
-Fue por las olas. Empezamos viniendo de vacaciones por el surf y acabamos quedándonos porque nos gustaba el ambiente. Al llegar aquí, estuve en Liencres la primera vez y me atrapó ver la bajamar y una playa de metros y metros, que en mi zona de Italia no hay, porque son más pequeñas, de cantos rodados y con las casas al lado.
-Empezó viviendo en Liencres, pero la que le terminó robando el corazón fue Somo...
-Nos mudamos hace seis años a Somo porque cuando tuvimos al niño nos pareció el lugar perfecto. Además, mi mujer también hace surf un poco y la zona de Liencres es algo más fuerte de olas, y en Somo el pueblo está muy cerca del mar, así que surfeamos más a menudo.
-¿Vino a España con la idea de ser 'shaper'?
-En Italia me formé en el Instituto de Arte y siempre me ha gustado pintar, hacer esculturas y mosaicos. Además, me arreglaba mis tablas y cuando vine a vivir aquí mi idea era dedicarme a ello, pero luego vi que no tenía ni idea del gremio. Así que se me bajaron los humos y estuve de camarero, hasta que en 2004 un día salí del agua y me crucé con Hugo López, de Full&Cas, y me dijo que le habían hablado de mí y que buscaba gente. Y ahí empecé desde abajo y fui creciendo.
-Ahora está montando su propio negocio en Somo...
-Hasta hace un año he trabajado en Full&Cas, hasta que le detectaron un cáncer a mi hijo. Entonces no era compatible mi nueva vida con un trabajo, necesitaba ser independiente y poder desaparecer de mi puesto quince días para ir al hospital y no estar tantas horas lejos de casa, aquí en dos minutos estoy con mi familia ante cualquier problema.
-Entonces, el punto de inflexión en su caso no ha sido la pandemia, sino la enfermedad de su hijo.
-Eso es. Al poco de acabar el confinamiento el año pasado, fue cuando le detectaron a mi hijo el cáncer y tuvimos que ingresarlo en el hospital dos meses, así que después de estar encerrados meses en casa tuvimos que hacer un segundo confinamiento en un cuarto de Valdecilla. Mi cambio ha venido ahí y no por la pandemia, incluso por la crisis nos daba miedo que no fuera el momento de lanzarnos, pero tiramos para adelante. Al menos este proyecto me distrae un poco de esa cosa, que me temo que va a ser un camino largo.
-¿Antes no se había planteado el emprender?
-En estos 16 años que llevo aquí, dos volví a Italia porque empecé con mi marca de tablas y probé montando un taller ahí,; no fue mal pero no era buen momento porque coincidió que hubo un 'boom' y montaron bastantes negocios del estilo. Además, en Italia vendes 150 tablas y ya no vas a vender más al mismo, aquí sí porque cada surfista tiene cuatro y las gastan. Así que decidí volver a España porque justo Hugo me volvió a llamar tras un tiempo de parón.
-¿Cuál es su idea de negocio?
-No hacer tanta producción masiva como en mi anterior trabajo, donde hacía 12 o 20 tablas diarias, sino crear cinco a la semana, prestando más atención a los detalles como a mí me gusta. Además, van a ser más rollo californiano y más caras, pero valen lo que se pide por el trabajo que hay detrás.
-¿Cuándo empiezan?
-Esperamos que en este mes. Con mi socio Joaquín Bosch 'Ximo' estamos montando esto legalmente, y eso lleva más tiempo. Hay muchos talleres de tablas en España y Europa, pero legales muy pocos, y es necesario porque trabajamos con materiales y gases inflamables, que resultan peligrosos...
-Creo que está muy comprometido con la sostenibilidad.
-Sí, es un tema complicado porque crear tablas es muy sucio al usarse material químico. Entonces hay un poco de hipocresía porque muchos venden el rollo de lo ecológico y luego no lo son. Nosotros es verdad que utilizamos los materiales que quiere la gente, que no son los más ecológicos, pero en lo que apuntamos fuerte es en tener muy buenos equipos de aspiración para no producir ninguna contaminación en el exterior e intentamos reaprovechar todo lo que podemos.
-¿Qué tipo de cliente espera?
-Al principio muchos curiosos, y luego gente que busca esto. Estoy seguro de que nuestro cliente habitual no va a ser el chico de aquí de Somo porque son tablas no tan de performance, sino para disfrutar y que hereden tus hijos. Son pequeñas obras de arte, joyas. Así que habrá venta online, e incluso van a venir 'shapers' californianos, que son amigos, para crear aquí. Uno de nuestros objetivos es mandar tablas a California.
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