Una pericial de la defensa cuestiona el estudio de los móviles del crimen de Liaño

A la espera de que la Sección Primera de la Audiencia Provincial fije el inicio de la vista con tribunal del jurado, la defensa del acusado, José Reñones, propuso hace un par de meses una pericial psiquiátrica como cuestión previa en el juicio a la que ha renunciado después de que las acusaciones se opusieran (alegaron que esa diligencia se practicó durante la instrucción).

Descartado este movimiento, el letrado de Reñones basará su defensa en una prueba que considera clave y que tiene que ver con el estudio de geolocalización de los teléfonos de la víctima y el acusado, que se enfrenta a una petición de pena de prisión permanente revisable.

Como ya avanzó este periódico, la defensa anunció que presentaría una contrapericial en relación al informe de la Guardia Civil al considerar que «no está bien hecho». Para ello recurrió a dos peritos de Madrid que ahora consideran que las conclusiones policiales «no contestan ni resuelven ninguna de las cuestiones requeridas por el instructor».

Como se recordará, el informe de la Guardia Civil concluyó que los datos de geolocalización del teléfono móvil del detenido y los del terminal de la víctima sitúan a ambos en las mismas horas y lugar donde supuestamente se produjo el asesinato, en la vivienda de Eva Jaular, donde la Benemérita encontró su cadáver y el de su hija (también de Reñones).

El análisis policial de la ubicación del terminal móvil del acusado, entre las 16.17 y las 17.28 horas del 16 de diciembre (día del crimen), confirma la manifestación de los testigos e indica que Reñones no se desplazó desde la vivienda de la fallecida al núcleo urbano de El Astillero, tal y como declaró él. Es decir, que se encontraba en la vivienda en ese tramo horario y no se desplazó al supermercado Mercadona como manifestó. Además, el estudio de la temperatura de los terminales de la víctima y su expareja determinó que ambos dispositivos se encontraban en el interior de la vivienda durante la madrugada del día 17 y hasta las 08.00 horas de ese día. Es a las 08.27 horas cuando se detecta un desplazamiento del detenido. En conclusión, «José Reñones permaneció en la vivienda con las víctimas tanto en el periodo de la data de la muerte de ambas (17.00 a 21.00 horas) como después de su fallecimiento».

Sin embargo, los peritos contratados por la defensa apuntan que «no queda claramente determinada» la ubicación de ambas líneas telefónicas durante el espacio temporal acotado judicialmente y «no es posible acreditar de forma claramente determinada» si el teléfono móvil utilizado por el acusado es compatible con su presencia en la casa en las horas indicadas.

Para sostener tal conclusión aseguran que los archivos facilitados por la compañía telefónica de la víctima y el acusado «carecen de firma digital o de un sistema de sellado o firma electrónica que garantice la autenticidad e integridad de la información, tal y como exige el artículo 230.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial».

Del mismo modo, los peritos de parte concluyen tras examinar los metadatos de los ficheros que «no son auténticos ni tan siquiera copia adverada de los originales aportados por Orange». «El que figura como autor de los ficheros es la Dirección General de la Guardia Civil, lo que acredita que no se ha respetado y cumplido con la cadena de custodia, por lo que debe ser valorada su incorporación al procedimiento».

Una vez examinado el contenido de los ficheros, los dos peritos concluyeron que «no aparece ninguno de los parámetros objetivos que determinen la geolocalización y posicionamiento de los terminales». Esto les lleva a considerar que «no se pueden determinar ni la ubicación geográfica ni la orientación de las antenas de telefonía móvil correspondientes a los CGI (Identidad Global de Celda)».

La defensa ha solicitado que en el juicio se practique un careo entre sus peritos y los de la Guardia Civil para aclarar al jurado esta prueba fundamental.