El Plan General de Ribamontán al Mar entra en vigor tras 15 años de redacción

La Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Crotu) ya había dado luz verde al Plan General de Ribamontán al Mar en octubre. Sin embargo, la publicación del mismo en el BOC era el último escollo pendiente. Un trámite que se ha prolongado más de lo previsto y que no ha tenido lugar hasta ahora. «No sabemos el motivo de que se haya demorado, pero ya damos por finalizado el proceso, que después de 15 años ya está bien», dice el alcalde, Francisco Asón.

No es para menos, porque el nuevo Plan viene a sustituir a las actuales Normas Subsidiarias de Planeamiento de Ribamontán al Mar, que fueron aprobadas por la Comisión Regional de Urbanismo el día 5 de mayo de 1992. «Es una herramienta fundamental y el municipio que no lo tiene está fastidiado para prosperar», explica el regidor que añade que el documento, que regula los usos del suelo durante los próximos años, ha salido adelante «después de mucho consenso con los técnicos del Gobierno».

¿Cual es el resultado? Entre otros aspectos, se contempla la posibilidad de añadir 2.032 nuevas viviendas para una población teórica de 5.476 habitantes. No es un dato irrisorio si tenemos en cuenta que actualmente existen en el municipio un total de 4.495 viviendas de las cuales 1.595 son de primera residencia, 2.751 de segunda, y 149 están vacías. La vía verde que abre para construir en Ribamontán al Mar el documento ya se ha hecho notar porque, según confirma Asón, desde que ha salido publicado esta semana en el BOC «el técnico municipal no ha dado abasto a atender a la gente que ha venido a interesarse para construir». No obstante, el regidor apostilla que «vamos a ir poco a poco, no queremos masificación».

De hecho, el documento planifica dicho crecimiento en cuatro cuatrienios, con lo que la previsión de vigencia del mismo alcanzará hasta el año 2036. Para ello se prevé el desarrollo de seis sectores de suelo urbano no consolidado y diez sectores de suelo urbanizable, de los que tres son de uso productivo (comercial e industrial) y los siete restantes de uso residencial, destacando de entre éstos últimos el sector número ocho, donde se prevé la ejecución de un campo de golf de 18 hoyos en una superficie de 630.225 metros cuadrados, y la construcción de un máximo de 164 viviendas que estarán apoyadas e integradas con el suelo urbano existente. Respecto al campo de golf, que abarcaría parte de la costa entre Loredo y Langre, el alcalde específica que «es algo que se contempla en el plan, pero sería una iniciativa privada, así que haría falta un valiente que se atreva».

El alcalde incide en que, «además de dar posibilidad a la gente que quiera venir a vivir aquí», el documento también tiene como finalidad principal la «protección de la zona rústica, puesto que somos un Ayuntamiento muy ganadero». De esta forma, de las 3.893 hectáreas de superficie, el 80,32% se clasifica como Suelo Rústico de Especial Protección; el 2,86% como Suelo Rústico de Protección Ordinaria; el 3,62% como Suelo Urbanizable y el 13,52% como Suelo Urbano. Asimismo, se especifica el uso en cada uno de ellos, estableciendo modificaciones respecto a la anterior regulación. Entre ellas, por ejemplo, en suelo rústico desaparece el uso hostelero e industrial y se limita la ampliación de viviendas existentes.

Además, el plan contempla el desarrollo económico del municipio posibilitando que las empresas se establezcan creando un polígono industrial y de servicios. Por su parte, desde la oposición, los independientes de Iniciativa Vecinal por Ribamontán al Mar explican que desde la Crotu se ha impuesto al Ayuntamiento, entre otros aspectos, «reducir el tamaño de sectores urbanos de distinta envergadura por todos los pueblos, ampliar la reserva de suelo para vivienda de protección oficial y precisar el desarrollo futuro de los barrios tradicionales».