Podemos denuncia la restauración ambiental de Morero y anuncia medidas legales

En un comunicado, Podemos ha denunciado el «atentado ecológico sin precedentes perpetrado bajo la excusa de proteger la naturaleza» y ha exigido explicaciones tanto al consejero de Medio Ambiente, Guillermo Blanco (PRC), como al de Cultura, Pablo Zuloaga (PSOE).

La actuación denominada 'Restauración de humedades litorales: Ría de Solía', que se localiza junto a la citada ría en el municipio de Villaescusa, tiene el visto bueno de la empresa pública MARE y está cofinanciada por la Unión Europea, el Ministerio de Transición Ecológica y el Gobierno de Cantabria.

Se trata de una antigua marisma rellenada durante siglos por los lodos de las antiguas minas del entorno de Cabárceno. Sobre esos lodos se plantaron falsas acacias (árbol considerado invasor) y una zona de eucalipto; el resto lo creó la naturaleza durante decenios formando un bosque de alisos, castaños, robles y nogales en el que se han catalogado «más de 200 especies de vertebrados con colonias muy importantes de aves catalogadas como de especial protección a las que se expulsado en plena época de nidificación».

Podemos ha denunciado que «se han eliminado gran cantidad de árboles autóctonos con la destrucción de masas forestales de más de más de 2.500 metros cuadrados mientras se han dejado intactas masas de plumeros y falsas acacias».

Asimismo, ha pedido al Gobierno de Cantabria que cree un comité de evaluación de daños e insta a los partidos con representación parlamentaria a pedir la comparecencia urgente en el Parlamento de Zuloaga y Blanco para que expliquen la situación.

Para el secretario de medio ambiente de Podemos Cantabria, Pablo Gómez, se trata de «una de las mayores barbaridades ambientales que se hayan perpetrado nunca en Cantabria». «El destrozo es enorme, han arrasado un bosque, rociado de herbicida un humedal, modificado cauces, creado lagunas artificiales donde antes había árboles y de paso se han cargado todo el patrimonio minero que tenía la zona», ha lamentado.

Por ello, no se explica cómo se puede vestir la actuación de restauración ambiental «cuando está claro que la idea no es eliminar las acacias y los plumeros sino crear un gran parque donde antes había un bosque».

En su opinión, con el tiempo «será un bonito merendero donde no quedará ni rastro de la biodiversidad que existía». «Es casi imposible arreglar la chapuza pero es urgente tomar cartas y hacer un estudio serio para paliar el desastre», ha dicho.