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Una quedada de motos acuáticas fastidió el sábado la siesta al sol en la playa de Somo de muchos bañistas. Unos treinta vehículos atracaban en el embarcadero de El Puntal de Somo para tomarse tranquilamente un refrigerio en los locales hosteleros de la ... zona y echar unas carreras con un ruido ensordecedor. El pasado octubre, una persona falleció en Raos en un accidente por el exceso de velocidad que alcanzan estas motos, y pescadores y propietarios de embarcaciones del entorno de la bahía, ya pusieron de manifiesto el problema que supone la falta de regulación específica para ellas.
Maribel Morencia es una cántabra que recaló el pasado sábado en la playa de El Puntal y decidió denunciar a través de las redes sociales lo que allí vio. «Me encontré unos treinta vehículos allí en el embarcadero y a sus conductores tomando algo allí todos hacinados», describía con estupor.
Los moteros acuáticos, «muchos con matricula de Bilbao» –según explicaron varios testigos consultados por El Diario Montañés– habían decidido hacer un descanso y atracar allí. Según el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar no es la primera vez que el Consistorio plantea «quejas» a Capitanía Marítima por estos comportamientos dada la gran proliferación de estos vehículos que está teniendo lugar los últimos años por el comportamiento irresponsable de algunos de sus conductores. También los servicios de socorrismo en las playas, entidades como Cruz Roja, han planteado la problemática en otras temporadas por el peligro que supone para los bañistas y también para las empresas de deporte acuático que operan en esta zona.
No obstante, lo que pasó este sábado superó todos los límites ya que se produjo una quedada de amantes de este tipo de vehículos. «Iban con los motores a tope y a todo cisco bordeando La Magdalena y de allí al Puntal», explicaba Morencia, que está promoviendo una petición a través de la plataforma change.org para que Capitanía Marítima, el organismo que los ayuntamientos señalaban ayer como competente, ponga freno a esta situación.
Y es precisamente «la irresponsabilidad» de algunos de estos conductores, «no de todos», apuntan desde Buceo Calypso, lo que también provocó, este fin de semana, que instructores de esta empresa tuviesen que llamar la atención a alguno de ellos en el entorno de la cala de Mouro y también en la playa de Usil, en Mogro, este domingo. Según explican uno de estos vehículos se saltó la 'bandera Alfa' que señaliza que hay buceadores en la zona y les indica que no se puede circular. También en Miengo se apercibió a otro de estos pilotos por el exceso de velocidad «en una playa con niños».
El lugar elegido en el entorno de la bahía por los moteros está actualmente designado como Zona Especial de Conservación (ZEC) y cuenta, desde 2017, con un Plan Marco de Gestión que tiene como objetivo la conservación y protección de este entorno. No obstante, en el mismo «no se concreta una velocidad máxima permitida», reconocieron ayer fuentes de la Consejería de Medio Natural a este periódico y tampoco está claro que no puedan atracar en El Puntal como lo hicieron, porque la competencia de este espacio corresponde a otra Administración, la estatal.
La situación más trágica respecto a las motos acuáticas se produjo el pasado octubre, cuando un hombre de 42 años fallecía en Raos al salir despedido de uno de estos vehículos. Ya entonces propietarios de embarcaciones de la zona alertaban de la proliferación de motos acuáticas que ha habido en los últimos tiempos, sobre todo en época estival, y de la velocidad excesiva a la que circulan «en muchas ocasiones». No sólo lamentaban la conducción a veces temeraria, sino también de la facilidad con la que se obtiene el permiso para pilotarlas.
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