Prohibida la entrada al colegio Aguanaz fuera del horario escolar por el repunte vandálico

En un comunicado dirigido a las familias, la dirección del centro explica que la intención tanto del colegio como del propio Ayuntamiento ha sido «poner las instalaciones a disposición de las familias para su uso y disfrute en los periodos no lectivos», explican. No obstante, los últimos fines de semana un grupo de jóvenes, en su mayor parte «menores» han entrado al recinto destrozando todo lo que encontraban a su paso, incluso forzando puertas y entrando al edificio. «A las basuras que se generan tras el botellón se añaden los destrozos que afectan tanto al mobiliario urbano como a los edificios: pintadas, rotura de cristales, de vallas metálicas, puertas...», describe la directora del CEIP, María José Rioseco.

A la par, los chavales que causan estos daños han subido de grado sus intervenciones desde comienzo de curso, llegando a traspasar límites como poner en peligro la integridad de las personas ajenas al centro. Según se explicaba a preguntas de éste periódico, el pasado fin de semana se provocaba un percance, cuando estos jóvenes se dedicaron a arrojar limones con piedras a los vehículos que pasaban por la carretera que circunda el centro educativo.

Esto último y el destrozo de intalaciones interiores del aula de infantil de Primaria ha sido la gota que ha colmado el vaso, por lo que se ha prohibido la entrada «siendo conscientes de que por unos pocos vamos a perjudicar a muchos», lamentaban.

Con esta medida esperan poder proteger unas instalaciones y la integridad de sus más de 400 alumnos que lo utilizan a diario, al verse incapaces de frenar la escalada vandálica.

La prohibición les va a dar acceso a denunciar a la Guardia Civil para que desaloje y las familias de estos menores sean las que asuman el coste de los desperfectos que suma ya «miles y miles de euros», explicaba la alcaldesa del municipio, María Jesús Susinos. La regidora lamentaba también los hechos y anunciaba que se va a «reforzar la videovigilancia» en todo el recinto. Explicaba que ya se había convertido en triste costumbre que, cada lunes, operarios municipales, antes de entrar los niños al colegio, se pasasen a evaluar la zona, limpiar y retirar todo lo peligroso para el alumnado.

«Sabemos que los vándalos e incívicos son unos pocos pero nos vemos obligados a actuar», afirmaba la regidora que no entendía que se «destrozase por destrozar» las intalaciones de todos. A la carta que el colegio ha remitido a las familias se suma otro comunicado que el propio Ayuntamiento enviará a los padres de las escuelas deportivas para «sensibilizar» sobre este asunto y pedir la «colaboración» ciudadana para hacer las denuncias y prevenir este tipo de situaciones.