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Los salmones vuelven a remontar el río Miera y a nadar a los pies del puente Mayor de Liérganes tras 200 años sin hacerlo. Ese es, posiblemente, el titular más llamativo que ha dejado tras de sí el proyecto LIFE Conservación de la biodiversidad ... en el río Miera. Sin embargo, durante los cuatro años y medio que ha durado la iniciativa coordinada por la Fundación Naturaleza y Hombre, con el apoyo del instrumento financiero de la UE LIFE+, son muchas más las acciones llevadas a cabo y los resultados logrados. Algunos ejemplos de ellos son la eliminación de especies invasoras, reforestación de 60.000 árboles autóctonos, restauración de 20 puntos de agua para la reproducción de anfibios y, entre otras cuestiones, citas divulgativas y la creación de dos reservas entomológicas.
Ayer era el momento de hacer un parón en el camino, echar la vista atrás, y reparar en los cambios obtenidos tras cerca de cinco años de trabajo. Fue con un evento en el Fluviarium de Liérganes, donde se comunicaron los resultados del proyecto de conservación medioambiental. «Hemos cumplido el cien por cien de los objetivos planteados al inicio, lo que nos es fácil en este tipo de iniciativas», comentó satisfecho Carlos Sánchez, presidente de Naturaleza y Hombre, que hizo hincapié en que «es todo un hito, no es algo que siempre podamos decir en nuestra Fundación», apuntó a su vez.
El reto que tenían ante ellos Sánchez y Jara Pascual, encargados de la coordinación de las acciones diseñadas, no era una cuestión baladí. Así lo valoró ayer en el acto la vicepresidenta de Cantabria y consejera de Medio Ambiente, Eva Díaz Tezanos, que reconoció que «el Miera es una arteria comunicadora, y trabajar para ampliar y mejorar los hábitats naturales en el largo y ancho de su cuenca es muy importante para esta zona de Cantabria».
Por su parte, el alcalde de Liérganes, Santiago Rego, se mostró agradecido de que por fin los salmones hayan podido volver a verse a la altura del Puente Mayor de la localidad. «Fue toda una sorpresa cuando nos anunciaron que iban a trabajar en ello», reconoció el regidor.
Para su consecución, se habilitaron pasos para peces junto a tres presas del municipio. «Fue un efecto inmediato, terminar los trabajos y empezar a ver salmones en la zona», comentó Sánchez. Dicha especie no se oteaba en el lugar desde «la construcción de la presa del Revolvo, que data del año 1799, y que suponía un obstáculo infranqueable».
Aunque en los últimos meses los focos se hayan centrado en la remontada de los salmones, la Fundación ha tenido otra serie de retos por delante a lo largo de los últimos cuatro años y medio. El programa LIFE, que es la herramienta que la Unión Europea tiene para preservar la biodiversidad en el continente, seleccionó este proyecto hace cinco años para emprender acciones de conservación en los espacios protegidos ligados a la cuenca del río, desde su nacimiento en la Cordillera Cantábrica hasta su desembocadura en la Bahía de Santander.
Uno de los frentes son las especies invasoras a lo largo de toda la cuenca. En este sentido, las acciones se han focalizado en hábitats como las turberas de montaña, las dunas de Somo, el Estuario del Miera o los brezales de la Isla de Santa Marina, en donde se han eliminado especies invasoras como el plumero y la chilca. Dado que tras quitar hay que poner, se ha llevado a cabo una reforestación, con éxito, de 60.000 árboles autóctonos plantados en un áreas especialmente afectadas por la deforestación.
Junto a ello, se ha trabajado en la declaración del parque Fluvial de La Regata de Ceceñas (Medio Cudeyo) y del paraje de Cornueva-Rubalcaba en Liérganes como reservas entomológicas. Dichos enclaves son ahora disfrutados por el caballito del diablo y el ciervo volante, un tipo de escarabajo. Otras especies como la nutria, cuya presencia en el río se ha constatado en varias ocasiones, se han beneficiado del proyecto.
El Fluviarium de Liérganes ha sido durante todo este tiempo el centro divulgativo por excelencia del proyecto LIFE Miera, que ha contado con la colaboración de la empresa pública MARE y la Consejería de Medio Ambiente. Asimismo, la Fundación ha sumado el apoyo de voluntarios que han colaborado en jornadas de reforestación, de eliminación de especies invasoras o de creación de hoteles para insectos. Ahora no se da por finalizadas las acciones, puesto que, según palabras de Sánchez, es el momento del 'After LIFE', es decir, la realización de un seguimiento para que no se pierda ninguna de los árboles plantados, los insectos sigan en sus reservas y los salmones junto al puente de Liérganes.
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