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Difícil concretar cuántos incendios como el de estos últimos días ha soportado Peña Cabarga a lo largo de su historia. Pero no son pocos. Sólo hace falta hacer un repaso a la hemeroteca de El Diario Montañés para vislumbrar a vista de pájaro el alcance ... de la problemática que hostiga al macizo más emblemático de la bahía de Santander: 'Espectacular incendio en Peña Cabarga', 'Cantabria tiene siete incendios forestales activos, uno de ellos las faldas de Peña Cabarga', 'Rachas de viento de 98 kilómetros y un incendio en Peña Cabarga', 'Peña Cabarga ardía por siete sitios distintos'... Son algunos de los titulares de los últimos años de este periódico, que junto al de ayer,'El viento sur complica la extinción del fuego en Peña Cabarga a pesar de la lluvia', narran una crónica que demuestra que, aunque las llamas queden sofocadas una vez más, persisten los rescoldos latentes que volverán a prender más pronto que tarde.
La imagen de Peña Cabarga de estos últimos días, con las llamas dibujando su silueta por la noche y echando humo por varios puntos como si fuera una olla a presión durante el día, ya no sorprende; lamentablemente se está convirtiendo en costumbre. «Esta vez nosotros hemos librado», dice el alcalde de Villaescusa, Constantino Fernández, tocando madera y no sin lamentar que las llamas hayan arrasado buena parte del macizo que queda en el municipio vecino de Medio Cudeyo. Una especie de lotería nefaria que tiene lugar casi siempre que hay viento sur y en la que también tienen papeletas en Penagos y Liérganes cada vez que se desata el fuego y que antes o después toca a todos ellos. «No nos libramos ningún año», resume la concejala de Ganadería y Montes de Liérganes y pedánea de Pámanes, Ana Isabel Ríos.
Donde esta vez ha tocado es en Medio Cudeyo, y su alcaldesa, María Higuera, señala que «la superficie quemada es grande». Al ser preguntada sobre el origen de las llamas, dice que «se escuchan muchas cosas, pero esto no es una cuestión de opiniones, sino de hechos contrastados», por lo que, añade la regidora, su intención es «acudir a hablar en los próximos días con la Guardia Civil» para abordar el asunto.
Es la misma dirección en la que apuntan en el resto de ayuntamientos afectados, que no se atreven a señalar a un culpable directo de este fenómeno. «Rumores hay de todo tipo», reconoce el regidor de Villaescusa. Uno de los que suena con más fuerza es que las quemas tengan que ver con la actividad ganadera, pero Fernández insiste en que «no se puede generalizar, yo por los ganaderos de mi municipio pondría la mano en el fuego». Y lo mismo piensa la pedánea de Pámanes, que se dedica al sector y que indica que, «en el caso de ser así, hay que entender que no se pueden meter a todos los ganaderos en el mismo saco; yo nunca haría algo así».
Sea como sea, lo que está claro es que se trata de focos intencionados. «No hay ninguna duda, y lo sé porque han tenido lugar en eucaliptales», apostilla Fernández. Es algo que por su parte no ha negado en ningún momento estos días el consejero de Desarrollo Rural, Guillermo Blanco, que ha llegado a apuntar que «viento sur, una temperatura que por la noche era de 28 grados y fuertes rachas de viento son las condiciones idóneas para que un insensato prenda». No obstante, a la hora de apuntar los intereses que hay detrás de ello, su departamento se muestra más esquivo.
Lo de Peña Cabarga no es un fuego aislado. De hecho, el Gobierno de Cantabria tiene contabilizados ya 24 incendios forestales a lo largo de este mes de septiembre. Es más, aunque los que acontecen en el macizo central de la Bahía tal vez sean los que más revuelo generen por su ubicación y cercanía, Peña Cabarga −donde se han registrado varios fuegos este año, el primero a comienzos de enero− no es el punto más preocupante al respecto en Cantabria. Así lo señalan desde Desarrollo Rural, que «sin menospreciar los sucesos que soporta Peña Cabarga», insisten en que hay otras zonas en las que la acción de estos incendios provocados es todavía más permanente.
Al margen de la acción de los incendiarios, que desde luego son el desencadenante y el origen de la problemática, en los consistorios de la zona de Peña Cabarga sí echan en falta un mayor mantenimiento en los montes para frenar los incendios. «Hay que prevenir, falta mucha limpieza», reivindica la edil de Liérganes, algo que respalda el regidor de Villaescusa, que insiste en que «tal vez la Consejería debería plantearse ayudar económicamente a las Juntas Vecinales para mantener sus fincas y los cortafuegos».
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