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Miércoles, 1 de diciembre, 00.45 horas. Este momento lo tienen grabado en sus tímpanos los vecinos de Pedreña (Marina de Cudeyo). Estalló un trueno que definen con profusión de superlativos: «ensordecedor», «espantoso», «descomunal»... para dar paso a un rayo «tremebundo» que se coló por ... la torre de la iglesia de San Pedro dejando un reguero de daños, fulminó el alumbrado público e hizo saltar los contadores a decenas de viviendas del pueblo.
La peor parte del poder destructivo del rayo se la llevó el templo, que tiene anexa la casa parroquial. En ella vive el cura, Juan Cuevas Gutiérrez, que estaba en la cama todavía despierto y con la luz encendida cuando la casa se le cayó encima. O más bien eso es lo que pensó en ese «terrorífico momento», cuando al estallido «de un trueno inmensísimo» siguió la plena oscuridad... «Porque ya me había quitado los audífonos, que si los llego a tener puestos me revienta los tímpanos», describe.
Lo primero que comprobó es que la avería eléctrica era absoluta en la casa. Pero lo que vio en la iglesia le dejó atónito: «primero abrí la puerta de la sacristía y vi por el suelo cascotes y trozos del cuadro de luces, y la tapa lanzada a varios metros. En la nave principal, el fluorescente arrancado de cuajo a siete metros de altura; desprendimientos del techo por todo el suelo, enchufes cortados y hasta todos los cables pelados, como si la onda expansiva los hubiera destripado (...)». Los destrozos no acabaron ahí, ya que en la torre del campanario, donde hay un cuadro de luces que hace funcionar las campanas electrónicas, «estaba entero abrasado». Miró hacia arriba y vio en la parte más alta de la cúpula el agujero que dejó el rayo para colarse en la iglesia y arrasar con cada cable, enchufe y contador, «todos abrasados y carcasas disparadas a gran distancia». Un pedrusco desprendido del campanario le cayó en el techo de la casa parroquial, «dejando como un metro de destrozo en el tejado». Y el rayo también arrancó parte de una cornisa, tejas y resquebrajó unas vidrieras nuevas, instaladas hace dos años, que tapan los huecos en los que antaño había campanas. El contador eléctrico de la iglesia es el mismo que el de la casa parroquial y ahora no hay luz en ninguno de los dos edificios. «Nada, no funciona nada. Ni la nevera de la casa, ni la megafonía de la iglesia, ni un solo enchufe», se lamenta, y se pregunta si este próximo domingo podrá celebrarse la misa.
Esta misma mañana el párroco se desplazó hasta el Obispado de Santander para dar parte de lo ocurrido y empezar con las gestiones con la aseguradora para reparar las averías. No ha vuelto a dormir en la casa parroquial, su casa desde hace 26 años. El mismo miércoles, después del rayo y de su recorrido para comprobar los daños, volvió a la cama para pasar la noche «pero apenas pude descansar, todo el tiempo soñando con el trueno, con un miedo terrible y pesadillas». Al día siguiente se fue a dormir a casa de una hermana, comió en el hogar de una familia vecina y así va trampeando hasta que pueda volver a su casa parroquial que, salvo la avería eléctrica, no parece haber sufrido más daños.
El alcalde de Marina de Cudeyo, Pedro Pérez, indica que los daños más importantes fueron los de la iglesia y que, aunque no ha ocurrido nada de gravedad, esa noche unas cuarenta casas de Pedreña pudieron quedarse sin luz por este rayo, aunque la compañía Viesgo ha indicado a este periódico que no ha recibido ningún aviso de avería por parte de abonados en este pueblo. Pero sí que saltó todo el alumbrado público. Ayer se reparó la avería y funcionó, pero se está a la espera de comprobar que no vuelva a apagarse por si pudiera tener algún desperfecto mayor. «Yo no vivo en Pedreña, pero creo que fue brutal, exagerado», adjetiva el regidor.
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