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Red Eléctrica Española (REE) ha solicitado la autorización administrativa previa para ampliar la subestación de la localidad de Solórzano, una infraestructura que se puso en ... marcha en 2013 en la zona de Fuente Las Varas con el objetivo de reforzar y mejorar la seguridad y calidad del suministro eléctrico en la zona oriental de la comunidad autónoma. Aunque la actuación también intenta dotar de más capacidad a esta subestación, lo que busca esta inversión de 1,5 millones de euros es crear una nueva «posición para la salida EVRE». O dicho de otro modo, que pueda dar cobertura a las nuevas necesidades de conexión de los distintos proyectos renovables que planean en la zona. Desde los parques eólicos que están en tramitación –por ahora ninguno tiene licencia para comenzar la construcción en esta zona y alguno incluso tiene informes ambientales desfavorables– hasta los almacenes de energía a través de baterías, que en algunos de los casos se encuentra muy avanzado y cuenta ya con financiación europea.
Red Eléctrica reconoce que existen «uno o varios agentes» que cumplen los requisitos para conseguir el derecho de acceso a la conexión en esta subestación. Antes que nada, la compañía pública deberá conseguir las autorizaciones administrativas de la comunidad autónoma. De hecho, la solicitud formulada por la empresa salió a exposición pública el pasado 29 de febrero y se pueden presentar alegaciones durante 20 días a través de la Dirección General de Energía del Gobierno de Cantabria.
Este paso demuestra la intención clara de REE de acometer la ampliación de esta actuación, que ya figuraba en el documento de 'Planificación Energética. Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2021-2026', aprobada por el Consejo de Ministros en 2022. Aprovechando la ampliación, la empresa también ha previsto mejorar la red de telecomunicaciones existente con nuevos equipos, que permitirán asegurar la telegestión remota de la instalación, así como fortalecer los mecanismos para prevenir ciberataques.
En cuanto a la obra, será relativamente sencilla. El 70% de la inversión corresponde a la compra de la tecnología, mientras que el 30% restante servirá para pagar la actuación, que no requerirá de movimiento de tierras ni la construcción de nuevos edificios –se aprovecharán los actuales–. De hecho, de los cinco meses que durará la ampliación, en la que trabajarán 13 operarios, solo 15 días corresponderán a la ejecución de la obra civil y el tiempo restante a la instalación de los equipos. Además, después habrá un periodo de pruebas.
El alcalde de Solórzano, el popular Santiago Campos, explicó a El Diario Montañés que este proyecto es algo que viene «de la pasada legislatura», en el que primero se denegó la autorización pero más tarde se les dio. Incidió en que era un asunto de «Industria» y que la licencia siempre ha estado condicionada a que Red Eléctrica pusiese las medidas correctoras necesarias para evitar impactos acústicos y en la población. También avanzó que la «próxima semana», habrá una reunión entre la empresa con los responsables municipales y técnicos para revisar todo. Además, en Solórzano también preparan alegaciones a distintos parque eólicos en tramitación.
La llegada de la subestación a Fuente Las Varas no fue bien recibida por los habitantes de Solórzano debido a los ruidos que provoca la instalación: unos continuos zumbidos especialmente molestos para los vecinos del entorno, pero que también se aprecian desde otros barrios. Red Eléctrica respondió a las quejas con algunas medidas correctoras como la colocación de vegetación para que actuara de barrera, pero los resultados no han sido los esperados.
En la solicitud de licencia para la ampliación, REE ha incorporado de manera adicional un estudio sobre el impacto de los campos electromagnéticos que provocan la subestación. No tanto en relación a la contaminación acústica, sino a las posibles consecuencias en la salud de las personas del entorno. El resultado es que «los valores obtenidos están alejados de los límites reglamentarios» que marca el Ministerio de Sanidad. En la parte exterior de la valla más cercana al complejo, la medición alcanza los 49,08 microteslas, unos niveles de radiación que son la mitad (100 µT) de los que se consideran que pueden provocar efectos adversos para la salud.
Mientras continúa la obra para la construcción del parque eólico de El Escudo y otros cinco parques eólicos que ya cuentan con autorización en Cantabria –todos en la zona sur de la comunidad autónoma– se preparan para poner las máquinas a funcionar, a la Consejería de Industria siguen llegando proyectos con la intención de conseguir la solicitud de autorización administrativa previa y declaración de impacto ambiental, el primer paso administrativo. El último lo promueve la empresa madrileña Green Devco Energy, que plantea la instalación de tres aerogeneradores en la localidad de Hazas de Cesto. El parque, denominado Moncubo, contempla una instalación de producción de energía eólica de 17 megavatios de potencia, que se ubicarían en el monte Llusa, propiedad de la Junta Vecinal de Hazas.
Cada uno de los molinos tendrá una altura de 119 metros y un diámetro de rotación de sus palas de 162 metros. Según el proyecto presentado, de salir adelante el tendido eléctrico irá bajo tierra y la energía verde producida se evacuará a través de la subestación de Meruelo, propiedad de la empresa eléctrica Viesgo.
La documentación incluye un estudio de impacto ambiental elaborado por la consultora Biosfera a petición de la compañía interesada. En él Green Devco Energy determina que no existen riesgos relevantes para la fauna, flora y el patrimonio natural como consecuencia de esta actuación.
Como ya hizo en el pasado en respuesta a otros proyectos eólicos, el Ayuntamiento de Hazas de Cesto ha expresado su «total y absoluto rechazo a la instalación de aerogeneradores y baterías en el municipio». El alcalde, Enrique Lastra, ha lamentado que nadie de la empresa ni del Gobierno de Cantabria se haya puesto en contacto con el Consistorio para dar a conocer las características de este nuevo proyecto renovable. Ahora, serán las consejerías de Industria y Fomento las que analicen la documentación antes de aportar sus conclusiones. El Plan Energético de Cantabria fija que la potencia eléctrica máxima que se puede instalar es de 700 megavatios.
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