La retirada de las escaleras desprendidas de la playa de Langre, en proceso de licitación

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Los prolegómenos de la actuación se dieron ya el pasado abril con la redacción del proyecto de demolición y la retirada de los restos de las escaleras de acceso a la playa de Langre. Un documento que encargó la Demarcación de Costas en Cantabria tras cerca de año y medio en el que desde el Ayuntamiento de Ribamontán y la Junta Vecinal de Langre −así como por parte del senador regionalista José Miguel Fernández Viadero a través de la Cámara Alta− se realizaron peticiones porque insistían en que la reparación debía correr a cargo del Estado. Dicho proyecto ha superado ya su fase de información pública, tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) a comienzos del pasado noviembre. «Ahora se va a llevar a cabo el proceso de licitación para que sea adjudicado a una empresa», confirman desde el Ayuntamiento.

La actuación, cuya promotora es la Dirección General de la Costa y el Mar del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, tiene establecido un precio base de licitación de 97.772 euros. La obra contempla, según fija el planteamiento redactado, llevar a cabo la demolición de la estructura de hormigón así como estipula la manera la forma de gestionar los residuos que dichas labores generen de una manera eficiente, sostenible y respetuosa con el medio ambiente y en condiciones de seguridad. Será necesaria la utilización de maquinaria especializada, como es el caso de una retroexcavadora de pequeño tamaño lo cual, según indica el estudio, presenta algunas complicaciones, sobre todo por ser una zona de acantilados y en especial en el tramo en el que se ha producido una discontinuidad en los peldaños de tres metros de altura por desprendimiento.

No obstante, el documento no contempla ni hace mención alguna de la sustitución de la escalera por una nueva. «Hasta donde sabemos la idea que tienen en Costas es dejar un sendero de bajada más natural como había antes», dice la teniente de alcalde de Ribamontán al Mar y alcaldesa pedánea de Langre, la regionalista Araceli Colina. Una solución que les complace puesto que, como en varias ocasiones ha trasladado la edil, «esas escaleras desde que se hicieron siempre han dado más problemas que soluciones», ya que se ha debido lidiar en varias ocasiones con desprendimientos hasta que quedaron inservibles y creando un evidente problema de seguridad con las fuertes lluvias de diciembre de 2020. Una serie de perjuicios que, sin llegar al extremo de la pequeña, «también se registran en las escaleras de la playa grande de Langre», apostilla Colina.

Todavía no hay fechas fijadas pero, una vez adjudicado el proyecto, se estima un plazo de ejecución de tres meses en el proyecto, con lo que desde el Ayuntamiento esperan que el próximo verano vuelvan a contar con un acceso en condiciones al pequeño arenal tras dos temporadas en las que solo han podido descender al mismo aquellos que han desoído los avisos y la valla que impiden el paso. Aunque la playa mayor de Langre es la más famosa y transitada, y en su caso no hay problemas en su acceso, la menor de las dos es la que tradicionalmente más han usado vecinos y pescadores, que cruzan los dedos para recuperar este espacio de una vez por todas.