Ribamontán al Monte alega contra la planta de biogás de Hazas de Cesto

El documento que ha hecho llegar el Ayuntamiento de Ribamontán al Monte a la Dirección General de Biodiversidad está firmado tanto por el alcalde, el regionalista Joaquín Arco, como por Montserrat Pérez, la presidenta de la Junta Vecinal de Las Pilas −como potencial localidad más perjudicada por el proyecto−. En dicho texto se enumeran una serie de cuestiones técnicas y jurídicas por las que consideran, y así lo reclaman al Gobierno regional, que la planta de purines sea evaluada negativamente e impidan que se materialice, tal y como avalan de forma conjunta las cuatro mil rúbricas recabadas a tal fin.

Las alegaciones se sustentan, principalmente, en que se circunscriba únicamente el proyecto en el terreno propuesto en lugar de que haya un estudio de alternativas de ubicación, un pormenor al que el equipo técnico y jurídico que ha asesorado al Consistorio hace referencia en reiteradas ocasiones y que considera el principal talón de Aquiles de la proyectada planta de Hazas de Cesto al lastrar todos los demás pormenores. Aducen también en su comparecencia que la mayor parte de los 180.000 metros cuadrados propiedad de la Junta Vecinal de Hazas de Cesto en los que se plantea la planta están catalogados como suelo rústico de especial protección forestal, y que situar ahí una planta de biogás «infringe» las propias Normas Subsidiarias del municipio vecino.

No se quedan ahí, también se recrimina que en la instalación «se pretendan tratar 110.000 toneladas de purines y 40.000 toneladas de residuos y subproductos de la industria agroalimentaria y vayan a entrar en la instalación 150 camiones semanales cargados de residuos» y todo eso se haga «sin plan alguno de gestión de residuos aprobado y con contradicciones en la documentación sometida a información pública». Y eso sumado a que «el tratamiento se prevé realizar en un sistema de lagunaje al aire libre», por lo que la propia promotora reconoce en el informe que «el suministro de materia prima, tanto el purín como los residuos industriales, producirá olores», pero, critican desde Ribamontán al Monte, «no determinan las medidas correctoras a adoptar, cuando se trata de emisiones constantes, 365 días al año y 24 horas al día, que pueden hacer inhabitables en condiciones dignas ciertas zonas pobladas próximas».