Ribamontán al Monte hace frente a la planta de biogás de Hazas de Cesto

En Ribamontán al Monte vivían en la ignorancia y al margen de conflictos derivados de plantas de biometano hasta hace unos días, que salió a información pública el proyecto de este tipo que desde el pasado año se está trazando para emplazar en Praves (Hazas de Cesto). Y es que al echar un vistazo a dicho plan, en el Ayuntamiento que dirige Joaquín Arco se llevaron la sorpresa de que «aunque sobre el papel no sea así, virtualmente la instalación está en nuestro lado». En concreto, la ubicación escogida son unos terrenos de 180.000 metros cuadrados propiedad de la Junta Vecinal de Hazas de Cesto situados cerca de la planta de recogida de animales muertos de Tragsa y del vertedero de Meruelo. Un lugar que, según apunta el regidor de Ribamontán al Monte, queda más próximo a núcleos de población de su Ayuntamiento, principalmente Las Pilas y, en menor medida, Hoz de Anero.

La preocupación por el proyecto de biogás se ha extendiendo entre las casas de Las Pilas como un putrefacto hedor. Precisamente eso es lo que temen los residentes, que la planta traiga consigo olores que trastoquen por completo la bucólica escena de su pueblo, junto a otras posibles molestias colaterales como el continuo trasiego de camiones. Para informar de la situación, esta semana tanto Arco como la presidenta de la Junta Vecinal de Las Pilas, Montse Pérez, se han reunido con una treintena de residentes y se les ha explicado que desde el Ayuntamiento «ya se ha contratado a un abogado y tenemos a un equipo trabajando en las alegaciones que vamos a presentar».

Según manifestaron Arco y Pérez en la reunión, los servicios jurídicos contratados han detectado «varias irregularidades» en el expediente de la planta de biogás, y en ello piensan respaldarse en su recurso. Igualmente, pusieron en duda el proceso por el cual se ha tramitado el proyecto, y eso pese a que parte de un acuerdo de la Junta Vecinal de Praves −ya ratificado por su Consistorio− que preside el exalcalde de Hazas de Cesto, el también regionalista José María Ruiz. Sin embargo, el regidor de Ribamontán al Monte se mostró muy crítico con su compañero de partido y el equipo de gobierno del municipio vecino por «no habernos mantenido al tanto ni haber contado con nosotros para nada cuando es una situación que nos repercute». Un oscurantismo que ya criticó también en su momento la plataforma de afectados de Praves, que recriminó que su Junta Vecinal no les hubiera informado nunca como afectados» y que sólo hablaran de las bondades de la iniciativa y nunca de los perjuicios que conlleva.

Arco no rechaza de plano las instalaciones de biometano. De hecho, «en su momento hablamos de construir una para que los ganaderos vertieran los purines, pero mucho más pequeña, de una hectárea, no de 16 como está planteado en Praves y con piscinas cielo abierto». Por lo que el regidor cree necesario construir «pequeñas plantas controladas y repartidas, no una macroplanta que nos tengamos que comer unos solos», y más aún cuando es por decisión de otro ayuntamiento que «está en su derecho de hacer lo que estime oportuno, pero en su lado y sin perjudicarnos a los demás», zanja Arco.