De safari por el Miera a ver águilas pescadoras
La Escena ·
Desde hace cinco años Marina de Cudeyo ofrece un programa de ecoturismo que incluye rutas en barco por el estuario del MieraSecciones
Servicios
Destacamos
La Escena ·
Desde hace cinco años Marina de Cudeyo ofrece un programa de ecoturismo que incluye rutas en barco por el estuario del MieraNo es un safari, ni tampoco es la sabana africana, pero es lo más parecido que se puede encontrar en Marina de Cudeyo, eso sí, con la ría de Cubas como escenario, que no tiene nada que envidiar. Lo que sí hay en la actividad son turistas curiosos y de igual modo provistos de prismáticos, pero que en lugar de a gacelas, leopardos o leones, apuntan a vacas, puede que a alguna cabra y, sobre todo, pájaros. Montones de especies de ellos, y con el águila pescadora como principal estandarte y reclamo. Todo eso brinda las rutas en barco que están enmarcadas dentro de las actividades de ecoturismo que todos los veranos realiza con gran éxito de participación el Ayuntamiento de Marina de Cudeyo en colaboración con la empresa Bahía de Santander.
El reloj marca las 16.00 horas y una lancha neumática, en lugar del clásico 'Jeep' de las rutas por África, espera en el puerto deportivo de Pedreña. En esta ocasión embarcan once aventureros, tres de ellos niños. «Siempre buscamos este tipo de actividades concienciadas con respetar la naturaleza para que ellos aprendan ya desde pequeños», dice una de las madres del grupo, Ana Durantez. El viento sopla a favor de la excursión, que está programada para realizarse en plena pleamar. Desde el muelle empieza un itinerario que atravesará en hora y media aguas de tres municipios trasmeranos: Marina de Cudeyo, Ribamontán al Mar y, por último, Ribamontán al Monte. Eso en un recorrido por el estuario del Miera que se interna unas cinco millas náuticas río arriba en un espacio que cuenta con la figura de protección de Zona de Especial Conservación (Red Natura 2000).
La ruta se realiza con el apoyo informativo del naturalista Carlos Sainz, de la empresa Bahía de Santander, que al poco de zarpar señala a una gaviota que sobrevuela la embarcación, y aunque ni de lejos resulta genuino ver a una de ellas por la costa, hasta en lo anodino puede residir una curiosidad. «Lo que muchos no saben es que hay varias especies de gaviotas», explica el experto. El siguiente en dejarse ver es un milano, y Sainz brinda algunos consejos para distinguirlo. «¿Veis que tiene la cola horquillada?», dice de un ejemplar que todavía no se ha animado a volar muy lejos del nido en el que nació «a finales de abril». Después, el guía, entre otros temas, hablará de la remonta del salmón.
Todo eso tiene lugar antes de llegar al primer meandro del río, donde se atisban, no muy lejos, los posaderos que ligados a este proyecto de ecoturismo se colocaron para la recuperación de las águilas pescadoras en la Marisma del Conde. Una iniciativa que en el 2017, tan sólo un año después de su puesta en marcha, consiguió formar la primera pareja en el norte peninsular tras su paulatina desaparición en la zona a mediados del siglo pasado. «Dejó de verse aquí porque eran un trofeo de caza, por la ocupación de sus hábitats y por los pesticidas que se vertían», detalla Sainz, que es el coordinador del programa de reintroducción.
Desde que hace cuatro años llegaran Txuriko y Vanda a la Marisma del Conde, −como se bautizó a ambos ejemplares− y mostraran el comportamiento típico de una pareja cada primavera en la que regresaban, se estuvo cruzando los dedos para que crearan una familia. Sin embargo, el huevo nunca terminaba de llegar, y tras valorar distintos problemas que estuvieran impidiendo la puesta, el pasado año se llegó a la conclusión de que el problema era que Vanda era mucho más mayor de lo que se calculó en un primer momento, y seguramente ya no era fértil. No obstante, esta temporada ella ya no apareció, y en su lugar Txurico ha estado acompañado por otra hembra, Marina, con la que también hizo todo lo que tenía que hacer sin que hubiera éxito, así que habrá que esperar que la primavera que viene vuelvan a juntarse y les visite la cigüeña.
Por el momento, ahora son ellos dos los reyes de la marisma, ahí están pasando el verano hasta que sea el momento de ir a invernar a regiones tropicales. No obstante, durante la excursión no se dejan ver. «Mira que es raro, el año pasado de 70 salidas que hicimos, se vieron en 69», lamentaba el naturalista, que no ceja en mirar por los prismáticos por si asoman. Finalmente, parece que el experto las distingue en los postes que se encuentran al otro lado del meandro. «Acércate, Paula», le pide a la encargada de pilotar la lancha. Sin embargo, ya con menos distancia, el experto niega con la cabeza. Le han dado cormorán por águila pescadora, así que en otra ruta será.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.