Tres veranos sin escaleras en la playa pequeña de Langre

En Langre ya prácticamente ha surgido un nuevo sendero que salva el tramo de varios metros de escaleras desprendidas. Se ha formado bordeando el acantilado al paso de aquellos que han decidido desoír las señales y la valla que prohíben el acceso y no aguardar a una solución que se está haciendo de rogar. El que espera desespera, y suman ya casi tres años desde que el tramo se vino abajo a causa de un fuerte temporal a finales de 2020 sin que hasta la fecha se haya solventado para poder descender de manera segura al arenal. Plazo tras plazo se ha ido incumpliendo hasta estar ahora ante el tercer verano sin que se haya hecho nada, de hecho la estructura sigue tal cual la dejó a su paso la borrasca, como un cuerpo más inerte que con función alguna.

Desde el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar, desde el minuto uno tras el considerable desperfecto se dio aviso a Costas como órgano competente para revertir la situación en el acceso a esta playa de Langre −no es la principal, es una secundaria pero también con bastante público−. Sin embargo, desde el Estado se fueron dando largas y hasta la fecha prácticamente no se ha movido ficha. De hecho, son escasas las informaciones que al respecto se han dado desde el departamento y las pocas miguitas de pan que se han hecho públicas han sido a través de lo que les llegaba al Consistorio.

A comienzos de este año, parecía que el proyecto comenzaba a ponerse en marcha. Fue con el anuncio de que, tras haberse superado el plazo de información pública, la Dirección General de la Costa y el Mar del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico sacaría a licitación la obra en 97.772 euros. Sin embargo, desde entonces no ha habido más novedades al respecto que hayan trascendido. «Nos dicen que está en proceso para ser adjudicada y que esperan que tras el verano esté resuelto para dar comienzo con los trabajos después», han dado traslado desde el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar.

De esta forma, desde la administración municipal confían en que esta vez sea la definitiva y por fin el Estado cumpla y «sea verdaderamente el último verano» que transcurre sin que la playa pequeña de Langre tenga un acceso en condiciones −a la luz del proyecto redactado todo parece indicar que se retirarán los peldaños y se creará un sendero más natural−y no uno tan «peligroso». Así da traslado la teniente de alcalde de Ribamontán al Mar y alcaldesa pedánea de Langre, Araceli Colina, que siempre ha incidido en la importancia de esta playa que, pese a no ser tan popular y turística como su hermana mayor, sí «es muy frecuentada por los vecinos, al ser más familiar, además de ser utilizada por pescadores y algunos surfistas», que esperan poder volver a disfrutar de este enclave en algún momento.

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