Borrar
Agentes de la Policía revisan el escenario del crimen
Un triángulo amoroso, posible móvil del asesinato en Valencia del vecino de Hazas de Cesto

Un triángulo amoroso, posible móvil del asesinato en Valencia del vecino de Hazas de Cesto

Fuentes vecinales aseguran que un hombre amenazó de muerte al fallecido pocas semanas antes del crimen por una disputa por una relación con una mujer

Belén Hernández

Valencia

Jueves, 1 de agosto 2024, 07:31

José Andrés P. era una persona que se ganaba la vida como podía. Después de que su empresa de albañilería quebrara en Cantabria, marchó a Valencia junto con su pareja para buscar trabajo. Se asentaron en una chabola del barrio de Nazaret. Los vecinos ya han hecho sus hipótesis sobre quién degolló al hombre en el puente de las Moreras en Valencia, un crimen que adelantó en exclusiva Las Provincias.

Fuentes vecinales aseguraron que vieron que un hombre increpó a la víctima, sobrino del alcalde de Hazas de Cesto, Enrique Lastra, pocas semanas antes de que lo mataran. El presunto agresor, que coincide con la descripción del sospechoso que está buscando la Policía, amenazó a la víctima de muerte y le dijo que se estaba acostando con su pareja, como afirmaron los testigos de la disputa. Incluso replicaron los gestos obscenos que supuestamente el sospechoso le dedicó al fallecido.

«José Andrés no quería meterse en peleas con él. No le respondió. Seguimos andando y no nos tomamos en serio la amenaza», cuentan los amigos del fallecido. Los vecinos que eran cercanos a la víctima estaban reunidos en la calle Mayor de Nazaret. Recordaban que el día anterior al crimen, José Andrés estuvo con ellos. Les pidió que le dieran papel de fumar. «Siempre tratábamos de ayudarle. Era un chaval honrado», confirmaron.

El macabro crimen ha hecho que los amigos del fallecido se reunieran esta mañana tratando de buscar un porqué. «Se nota que había motivos personales de por medio, no es que le haya pegado un 'pinchacito'», opinaban los residentes mientras apuraban un cigarro tras otro. Encendían con rabia el mechero. Su mirada estaba fija en la valla en la que estaba apoyado José Andrés la misma mañana en la que murió degollado. Los que le conocían descartan por completo que el homicidio fuera un robo frustrado porque él «no tenía nada». La conversación iba subiendo de tono. Sus conocidos aporreaban la pared chillando: «¿Quién puede ser tan animal de hacer eso?»

Tampoco creían que se tratara de un tema de drogas. Al parecer, no consumía estupefacientes más allá de marihuana cuando le ofrecían sus amigos del barrio. No trapicheaba. No tenía deudas. «A mí me debía 10 euros e iba a venir esta mañana a repararme el grifo para devolvérmelo», contó uno de los residentes. El hombre no se enteró de la tragedia hasta un día después. Lo primero que hizo al despertarse a la mañana siguiente del homicidio fue llamar a José Andrés para preguntarle cuándo iba a ir a su casa a realizarle la reparación. Con dolor en el rostro, muestra la llamada de WhatsApp. Sin respuesta. «Tengo grabada su voz. La tengo ahí clavada», decían entre ellos. Están alerta de que existan posibles represalias.

«Esto no puede quedar así, ni de broma», comentaban los vecinos. Llevan viviendo en Nazaret toda la vida y en tan sólo tres años ya habían aceptado a José Andrés P. como uno de los suyos. Hacía cinco días que la pareja de la víctima lo había denunciado por un presunto delito de malos tratos. Fuentes cercanas al entorno del fallecido defendieron que la mujer declaró ante la Policía que le había empujado fuertemente en la zona del tórax en el puente de Astilleros tras una discusión.

El hombre que falleció el pasado martes degollado había salido hacía tres días de los calabozos por la denuncia de su pareja. Acababa de cumplir 40 años. Fuentes cercanas a José Andrés mantuvieron que la única persona con la que lo habían visto discutir fue con un hombre que vivía en una de las chabolas del antiguo circuito de Fórmula 1. Barajaron todas las opciones de por qué alguien querría matar a su amigo en la calle Mayor de Nazaret, bajo un alféizar que los resguardaba a duras penas del implacable sol mañanero.

Hacía tres años que José Andrés y su pareja habían perdido la custodia de su única hija, que reside en Cantabria junto con su abuela paterna. Los amigos del fallecido afirmaron que el hombre perdió la custodia por la situación de precariedad en la que se había visto inmerso desde que su empresa quebró y tuvo que dedicarse a hacer recados.

El barrio de Nazaret está consternado por la muerte de su vecino. «Nos podría pasar a cualquiera. Nadie se esperaba esto», defendió uno de los vecinos. El joven quiere instaurar en la zona el lema de: «Todos somos José Andrés». Incluso se plantearon hacer una manifestación para pedir justicia por el homicidio. La Policía Nacional todavía no ha detenido al presunto autor del crimen, que se deshizo de su camisa ensangrentada en un descampado cercano al Oceanogràfic. Los residentes tampoco han vuelto a ver al sospechoso por el barrio. No hay ni rastro del presunto homicida. Las patrullas policiales lo buscan de manera incesante. Los mismos vecinos también se han volcado en encontrarlo. Sin resultados. Parece que al sospechoso se lo ha tragado la tierra. Mientras tanto, todo el barrio busca respuestas presas del pánico.

Consternación en Cantabria

La víctima, José Andrés P. era el sobrino del alcalde del municipio de Hazas de Cesto, Enrique Lastra (PSOE). La familia desconocía el fallecimiento de la víctima. El regidor sostuvo que nadie les ha informado de que su sobrino había sido asesinado. José Andrés había abandonado su municipio natal hacía tres años «de malas maneras». Los familiares sostienen que no tenía problemas con nadie, aunque habían perdido bastante el contacto con él desde que se mudó. Conmocionados tras conocer la noticia por este periódico, comenzaron a realizar las gestiones para reclamar el cuerpo, que ahora mismo se encuentra en el Instituto de Medicina Legal de Valencia (IML) donde fue trasladado para que le practicaran la autopsia.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Un triángulo amoroso, posible móvil del asesinato en Valencia del vecino de Hazas de Cesto