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Para algunos viajar no es tan sencillo como hacerse una maleta y salir de casa. Todavía hay quienes se encuentran con importantes barreras a la hora de hacer una escapada. Sin embargo, poco a poco aparecen más iniciativas que buscan implementar un turismo más accesible para personas con diversidad funcional. En Cabárceno se puede encontrar uno de dichos ejemplos, donde a finales de 2017 arrancó un proyecto para la construcción de ocho casetas de alojamiento, dos de ellas adaptadas. También está la idea emprendedora de Jordi Macho, que con la sede de su empresa en Puente Viesgo, organiza planes para personas con movilidad reducida en toda Cantabria, sobre todo en el entorno natural.
A los 16 años Fernando de la Pinta tuvo la «mala suerte» de que un coche chocó contra él cuando iba en scooter. «Me partí la espalda contra un bordillo», explica sobre el accidente. A partir de ahí el joven tuvo que continuar su vida sobre una silla de ruedas, algo que no le frenó. «He viajado mucho, sobre todo gracias al deporte que practico de ciclismo adaptado», cuenta. Además de moverse por España, ha conocido Francia, Italia y Estados Unidos.
Debido a su experiencia, y a que pertenece a una familia de hosteleros, de la Pinta observó que en Cantabria era necesario ampliar la oferta de hospedaje para personas con movilidad reducida. Es ahí donde, en 2017, dentro del grupo Shotenor de la Pinta Puebla SL, surgió el proyecto de 'La senda de los elefantes', un negocio que cuenta con ocho cabañas, dos de ellas adaptadas, y que se encuentran junto al Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
Fernando de la Pinta | Hostelero
El recinto también cuenta con una piscina comunitaria accesible en silla de ruedas. En total la construcción del complejo supuso una inversión superior al millón de euros, para la cual se apoyaron en parte con el programa Leader a través del Grupo de Acción Local Valles Pasiegos. «La subvención que nos dieron fue muy importante, porque nos adelantó a una fase del proyecto que teníamos prevista para dentro de tres años», remarca.
Quien también se benefició de las ayudas del fondo social europeo es Jordi Macho para su negocio 'Val de Pas', asentado en Puente Viesgo. En su caso, fue el accidente de una amiga que quedó parapléjica la que le inspiró para montar un servicio en el que las personas con limitaciones de movilidad pudieran acceder a cualquier parte de Cantabria, sobre todo rincones naturales.
Macho, que realizó un módulo de Técnico en Atención a Personas en Situación de Dependencia, ofrece paquetes turísticos y actividades concretas como visitas a las cuevas de Las Monedas, Covalanas y Cullalvera, senderismo incluso en Picos de Europa. Todo ello es posible gracias a su material, como la sillas Joëlette, especialmente diseñadas para practicar senderismo y trekking.
«A Cantabria le queda mucho por hacer, pero estamos bien posicionados en turismo adaptado», así lo concibe Fernando de la Pinta. De hecho, si entra en comparaciones, Estados Unidos no queda muy bien parada al respecto. «Las grandes ciudades como Nueva York o Los Ángeles no tenían buenos accesos a los negocios, y las rampas en los pasos de cebra eran escasas». En su opinión, la única que sí estaba preparada para la silla de ruedas era Chicago. En España más de lo mismo. «Cuando voy a Madrid tengo que ver antes en un mapa qué paradas de metro cuentan con ascensor y cuáles no, que son muchas», y destaca que en nuestro país le sorprendió, para bien, Almería.
Jordi Macho | Empresario
En Cantabria los planes que de la Pinta ofrece a sus clientes son varios. Respecto a las playas, las de mejor acceso para él son Somo y Liencres. Liérganes también es uno de los destinos que ve con buenos ojos porque «es llana y muy bonita». Sin embargo, no recomienda Santillana del Mar porque «su empedrado puede hacer que las silla se atasque».
Aunque las casetas están junto al parque de Cabárceno, insiste en que «no está preparado para nada» a personas con diversidad funcional. «Yo trabajé hace años en el parque, y lo mejor es moverse con un quad adaptado». El problema es el empedrado del lugar y las pocas rampas, algo que se debe a que «el parque se hizo en una época en la que nadie pensaba en esto». En la misma dirección apunta Macho, que en su empresa ha incluido un servicio para recorrer el recinto de animales con una furgoneta especial. «Por mi amiga sé que se hace engorroso estar continuamente subiendo y bajando del coche. Ven dos animales y ya se cansan, así que no pueden vivir la experiencia al completo», comenta.
Macho, a su vez, critica que «muchos espacios que se definen como adaptados no lo son». Algo que, basándose en su experiencia con distintas asociaciones, hace que «muchos que están deseando salir finalmente no lo hagan porque no tienen oferta». Por su parte, de la Pinta adelanta que el turismo de personas con movilidad reducida va a ser un 'boom'. En concreto, dice, porque «muchos cobran buenas pensiones y tienen tiempo libre». Así que proyectos como el de Puente Viesgo y las casetas de Cabárceno trabajan para que las puertas de Cantabria se sigan ensanchando.
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