Borrar
El doctor José Antonio Paramio y la enfermera Mariola Ramos, ante el andamio por el que tuvieron que subir para socorrer a un paciente. Daniel Pedriza

Una urgencia de altura en Somo

El médico y la enfermera del consultorio de la localidad tuvieron que subir tres pisos por un andamio para socorrer a un obrero que sufría un infarto

Jueves, 12 de enero 2023, 07:13

No te lo piensas, tú sólo ves que te necesitan y haces lo que haga falta por hacer tu trabajo». Así empiezan el médico de familia de Somo, José Antonio Paramio, y la enfermera, Mariola Ramos, su relato de lo ocurrido este pasado lunes. Una anécdota de esas que preferirían no tener que contar, pero que al mismo tiempo les convierte en héroes. «Por suerte no todas las mañanas tienes que subir por un andamio para socorrer a nadie», dice el doctor, que insiste en que «en toda mi carrera profesional te aseguro que es la primera vez que intervengo en una situación similar». Lo mismo asevera su compañera. Afortunadamente, su arrojo, la rápida actuación que prestaron y su buen hacer consiguieron salvar la vida del obrero que presentaba síntomas de estar sufriendo un infarto de miocardio, y que también puede contar esta historia.

El lunes, los dos profesionales sanitarios tomaban café, ese del descanso de media mañana, cuando sonó el teléfono. Y para cuando quisieron darse cuenta, en poco minutos, de estar en la barra del bar Las Quebrantas de Somo pasaron a encontrarse en la azotea de un edificio cercano, atendiendo a un obrero con dificultades cardiorrespiratorias. Contado así, con el botón de cámara rápida pulsado, puede parecer hasta pan comido. Pero como todo, a cámara lenta la perspectiva cambia sustancialmente.

En cuanto recibieron el aviso, ambos salieron corriendo al consultorio médico de Somo −que se encuentra en el mismo inmueble que el local hostelero− para recoger su mochila dotada con material de emergencias. De ahí, de nuevo emprendieron la carrera a toda prisa −porque en estos casos es cuando el tiempo vale literalmente oro− rumbo hacia el lugar de la incidencia, que por fortuna se localiza a tan sólo dos manzanas.

«No te lo piensas, en ese momento sólo ves que tienes que acudir a socorrer a alguien que te necesita y subes por donde haga falta»

José Antonio Paramio

Médico de familia de Somo

Fue en ese momento cuando empezaron a sucederse los contratiempos. El edificio se encuentra en obras, la entrada al inmueble estaba bloqueada y el paciente se hallaba en una de las terrazas que están impermeabilizando en la azotea y cuyos propietarios no están dentro porque se trata de una segunda residencia. Con lo que el acceso por la puerta era imposible. La solución: ascender por el andamio nada menos que tres pisos. «No lo dudamos, los obreros nos fueron indicando dónde posar los pies y dónde agarrarnos», narra la enfermera, que contando el suceso casi se da más cuenta ahora, a toro pasado, de lo difícil que realmente fue la intervención. «Hacía mucho viento, fue el lunes que había temporal, y además una no viene a trabajar vestida y calzada pensando que va a tener que moverse por ese tipo de pasarelas y subir por esas escaleras». De hecho, la mochila de emergencias −que a ojo de buen cubero pesara en torno a siete kilos y abulta como un niño de tres años− tuvo que cargarla hasta arriba uno de los operarios.

«Nos sorprendió lo rápido que llegaron el médico y la enfermera de Somo, en menos de cinco minutos ya estaban aquí», agradece José Filipe Soares, compañero de trabajo del obrero que estaba grave. «Claro que te asustas, empezó a decir que se encontraba mal y tenía el rostro blanco; para cuando llegaron los sanitarios se había puesto morado y por supuesto que no quieres que le ocurra nada», asevera el operario, que no deja pasar la oportunidad para agradecer la profesionalidad de Paramio y Ramos.

«Cuando llegamos el paciente se encontraba sentado, muy agobiado», concreta el doctor, que da algunas claves de la actuación que acometieron. «Entre otras cuestiones, le cambiamos la postura, le tomamos las constantes, comprobamos si estaba estable y le suministramos un medicamento para que remitiera el dolor torácico». Además, incide la enfermera, «él tenía mucho frío por su situación y porque soplaba mucho viento».

«Está siendo el tema de conversación en la sala de espera estos días y nos están felicitando muchos de nuestros pacientes por la actuación que hicimos»

Mariola Ramos

Enfermera de Somo

Cuando llegó el Soporte Vital Avanzado de la ambulancia del 061, «que se presentó rápido», apostilla el médico, la situación estaba más controlada. Para entonces, se pudo conseguir las llaves de uno de los pisos superiores a través de un conocido de los propietarios, y el resto de personal profesional sanitario que llegó ya no tuvo que acceder por el andamio, al tiempo que se pudo evacuar al paciente tumbado en un tablero espinal bien sujeto por las escaleras del edificio colindante. Inmediatamente, el operario fue trasladado al Hospital Valdecilla, en Santander, donde ahora se recupera favorablemente.

Felicitaciones

El mejor aliado ante una situación de vida o muerte como esta es que los tiempos jueguen a favor y no en contra. «Como ya había tenido un episodio de infarto, él supo enseguida lo que le estaba pasando y pidió que llamáramos a una ambulancia inmediatamente, porque veía que lo que le sucedía era grave», recuerda Soares, que explica que «en el momento en que nos avisó de que se encontraba mal estábamos hablando de lo típico, de las comidas familiares de la Navidad −era el primer día de trabajo después de Reyes−». También se incorporaba de las vacaciones Ramos, que apostilla que «para que luego digan que el primer día tras la vuelta es tranquilo».

Además, «dentro de lo malo, hubo suerte de que ocurriera todo por la mañana porque estaba el consultorio médico de Somo abierto y estábamos nosotros cerca. Si hubiera sido por la tarde, los tiempos se alargan», recalcan ambos sanitarios, que quitan importancia al episodio porque «es sólo nuestro trabajo». No obstante, los vecinos del pueblo no le quitan un ápice de mérito. «Está siendo el tema de conversación estrella esta semana en la sala de espera», reconocen médico y enfermera, que llevan trabajando juntos cinco años en el consultorio de la localidad y no paran de recibir felicitaciones y agradecimientos estos días por parte de sus pacientes habituales. «Aunque no es de ahora, siempre nos hemos sentido muy queridos por ellos», insiste Ramos, que junto a Paramio han dejado patente una vez más ser unos profesionales sanitarios de altura.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Una urgencia de altura en Somo