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Fue una cadena de infortunios la que llevó a una de las 30 vacas de José Luis Conde, ganadero de Setién, a perder la vida en la ría de Cubas. Sucedió el martes, cuando por la mañana el animal se despeñó por un terraplén de « ... más de treinta metros». Tras echarla en falta, el paisano la localizó en la vega de la ría de Cubas. A partir de ahí comenzó una carrera a contrarreloj, porque la marea subía. Después de que hasta diez ganaderos arrimaran el hombro para intentar sacarla, y ver que era imposible, se recurrió al 112, pero tampoco hubo medios para el rescate. «Lo que se vivió fue vergonzoso», lamenta el propietario de la vaca, mientras desde Emergencias esgrimen que «se hizo todo lo que se pudo pese a que todo estaba en contra».
Aunque en su caída la vaca tuvo la buena fortuna de que la marea estuviera retirada y fue a parar a terreno blando, eso terminó convirtiéndose en su trampa. Quedó hundida en el fango, y no podía levantarse. Al reclamo de José Luis acudieron otros nueve ganaderos de la zona, y entre todos con poleas intentaron ponerla en pie. «No hubo manera», dice el propietario de la vaca, mientras que otro de los que echaron una mano, Juan Carlos López, que es vocal de la Junta Vecinal de Setién, explica que «entre que no teníamos suficiente fuerza y la vaca no colaboraba no se pudo hacer nada».
Entonces se determinó a llamar a la Guardia Civil. «Nos dijeron que no era su competencia, se pasaban la pelota de uno a otro», relata José Luis. Así, les derivaron al 112. Eran las 15.48 horas cuando entró esa llamada, tiempo después de que la vaca se hubiera despeñado en pleno mediodía. En ese momento, se pone en conocimiento del ganadero que el rescate en helicóptero tendría un coste de «1.680 euros la hora». Algo que él declina al no poderlo asumir. «Tal y como está el tema de la leche como para encima pagar ese gasto...», explica.
Desde el 112 se trasladó la situación a Salvamento Marítimo, que envió una zódiac de la Cruz Roja con dos personas. Llegó al lugar a las 17.02 horas. Pero era una de esas situaciones en las que el tiempo vale oro, porque la marea subía. «Se trató todo con mucha pausa», lamenta Juan Carlos. Los de la Cruz Roja vieron inviable izar la lechera con helicóptero debido a que «estaba hundida, en una zona con árboles y con las patas rotas», dice el 112. La Policía Local de Marina de Cudeyo fue la última en ser avisada, el sargento, Miguel Ángel Bedia, explica que llegaron cuando la vaca tenía el agua al cuello. Se pusieron entonces en contacto con un veterinario de Solares para que le pusiera una inyección y evitar que sufriera. El golpe de gracia tampoco llegó a tiempo, el animal murió ahogado a las 18.00 horas. «Es increíble que suceda algo así hoy en día», critica el propietario, mientras que desde el 112 remarcan que «no se pudo hacer más».
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