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Un grupo de desconocidos irrumpió este jueves en el barrio de Pino de Penagos para desalojar por su cuenta a una pareja de okupas que a finales del pasado mes de octubre se instaló en una de las seis viviendas deshabitadas que se ... levantan en ese lugar.
Bien organizados y mejor preparados, los autores del desalojo, al menos cinco varones ataviados con vestimenta oscura, aprovecharon un momento en el que la pareja se había ausentado para derribar la puerta principal, acceder al interior del inmueble, sacar a la calle sus pertenencias –ropas, enseres y algunos alimentos– y montar una breve guardia hasta la llegada de los okupas, a los que impidieron la entrada en la vivienda salvo para recoger las cosas que ellos no habían tenido tiempo de sacar.
Por su rapidez y efectividad, la Guardia Civil cree que los autores de esta acción pertenecen a una empresa de desalojos exprés. Quién les ha contratado, no se sabe.
jUANJO Y NIEVES
Los okupas
Según aseguran los okupas, «esto ha sido cosa del alcalde». Juanjo y Nieves, que así se llaman, relatan que ellos llegaron hace tres semanas a la vivienda, que forma parte de un conjunto de seis adosados construidos, finalizados y listos para su venta que, sin embargo, nunca se llegaron a habitar. Llevan más de una década vacíos.
«Yo sé que lo que hemos hecho no es lo correcto», admite Juanjo, consciente de que entró a vivir en una casa que no es la suya. «Pero es que ahora mismo no podemos juntar 800 euros para irnos de alquiler a ningún lado. Pero si para comer tengo que ir a un supermercado, coger un sobre de jamón y metérmelo en los huevos, con perdón».
Admite eso y que la presencia de okupas en esas viviendas genere ansiedad en el vecindario. «Lo entiendo, lo entiendo», repite el hombre, que niega haber provocado ningún altercado desde que llegó allí.
Lo que no admite, dice, son las formas en que se ha visto en la calle otra vez.
«Pero vamos a ver una cosa. Este señor, el alcalde, como representante del pueblo que es, ¿no puede venir aquí y decirme que necesita hablar conmigo? Con la Guardia Civil, ¿eh? Si tanto miedo le doy, que venga acompañado de la Guardia Civil. ¿No puede venir aquí y decirme: ustedes no pueden estar aquí, pero nosotros les vamos a echar una mano?».
José Carlos Lavín
El alcalde
Él mismo se responde a la pregunta. «No, ha mandado aquí a cinco armarios empotrados para que nos echen de malas maneras y destrocen la casa entera que mire cómo lo han dejado todo. ¿Usted ha visto esas series de los GEO cuando entran en la casa de un narcotraficante? Mire, mire», pide Juanjo señalando los destrozos causados en el desalojo. A su lado, Nieves llora porque no encuentra a su gato.
Prisionero de una frase que pronunció el 9 de noviembre, el alcalde de Penagos, José Carlos Lavín, que ese día intentaba tranquilizar a los vecinos asegurándoles una pronta solución al problema –«esperamos desalojar esa vivienda en 10 ó 15 días», les dijo– se veía ayer ante la tesitura de tener que explicar a Juanjo y Nieves que ni él ni el Ayuntamiento han tenido que ver.
«Nosotros, como Ayuntamiento, hemos hecho lo posible por impedir que la pareja continuara en la vivienda pero siguiendo los procedimientos reglamentarios. Obstaculizando la carretera, chequeando que no tuvieran suministros de agua y de luz...». Una estrategia con la que esperaba que la pareja se rindiera y abandonara el lugar. «Pero no tenemos nada que ver con esto», dice el alcalde, que sí admite que los vecinos habían consultado con alguna empresa antiokupa: «No sé. A lo mejor alguien se les ha adelantado».
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