El Ayuntamiento de Solórzano debate este miércoles, a las 19.00 horas, una moción presentada por el PP en la que se muestra el apoyo a la denuncia de los afectados por los impactos de la subestación de Fuente Las Varas, propiedad de ... Red Eléctrica Española (REE). En paralelo, los vecinos también presentarán hoy un escrito ante las autoridades españolas, europeas y la Fiscalía de Medio Ambiente para exponer los problemas de convivencia que les causa la instalación, sobre todo en materia de ruidos, situación ante la que reclaman soluciones. Ante esto, REE siempre ha defendido que la instalación cumple la legalidad.
El escrito denuncia, respaldado por un centenar de firmas -también la de la alcaldesa de Solórzano, Gema Perojo (PRC)- los vecinos se dirigen tanto al Gobierno de Cantabria, a través de la Dirección General de Medio Ambiente, como a la Fiscalía del área y los organismos competentes de la Unión Europea para pedir una solución al problema.
No es la primera vez que los afectados denuncian el «zumbido» que provoca la subestación y que merma su calidad de vida solicitando que se «impermeabilice» tanto visual como acústicamente la subestación, aunque REE siempre ha mantenido que el ruido cumple con los parámetros legales, dentro de las mediciones que se realizan semestralmente y se remiten a Medio Ambiente.
El pleno debatirá hoy una moción del PP en la que el Ayuntamiento muestra su apoyo a los afectados
Las mediciones
En el escrito, los afectados aseguran que las mediciones que realiza la eléctrica no son fiables, puesto que se hacen en «días de viento y tomando valores de referencia máximo de terreno calificado como industrial cuando está catalogado de especial protección agropecuaria» cuyos varemos de superación del volumen serían inferiores, según resumen. Defienden además los residentes en esta zona de Solórzano que aun tomando los «valore máximos de referencia» en la zona de transformadores «se supera el máximo legal». Por ello que piden que Medio Ambiente no tome por buenas las mediciones realizadas por parte de la empresa y se realicen otras por un organismo autónomo.
Asimismo, el escrito vecinal recoge otra serie de supuestos incumplimientos constructivos de la central, y que están contemplados en el Estudio de Impacto Ambiental que presentó REE y que pasó todos los parabienes del Gobierno de Cantabria. En concreto asegura que no es cierto que la casa más cercana esté a «más de 200 metros», ni que el resto estén «abandonadas» como dice el informe, y afirman que se cambia de sitio un edificio que iba a servir de apantallamiento sin tomar medidas adicionales. También explican que no se corrigen los impactos residuales tales como las formas, color y visibilidad.
«Los vecinos pedimos una solución definitiva a los problemas de ruidos asociados al funcionamiento de la central, así como al impacto visual que provoca la misma en un paraje natural», inciden. Unas medidas que aseguran que prometió en 2016 REE, con la instalación de pantallas acústicas y vegetales plantando al final «cuatro pinos que se han secado», subrayan.
Según aseguran los impactos se extienden también al ganado y la fauna silvestre, lo que ha ido también «en perjuicio de los vecinos y el aprovechamiento económico del terreno de carácter agropecuario».
En los parámetros legales
Recientemente este periódico se puso en contacto con REE, cuyo delegado de zona, Antonio González, reconoció que la medida de la pantalla vegetal no había funcionado, pero insistió en que la central sigue cumpliendo todos los parámetros legales en cuanto al ruido y que las mediciones eran las que eran, aunque reconoció que la especial orografía del lugar, situado en un paraje natural sin ningún tipo de contaminación acústica externa, podría amplificar la sensación de que el volumen era superior, pero no lo era.
Sobre la posibilidad de establecer medidas correctoras de los impactos denunciados por los vecinos, desde REE se afirmó que se haría una nueva valoración cuando la subestación esté a pleno rendimiento (aún no está conectada en su totalidad) y se hagan nuevas mediciones. «Si con el seguimiento se verifica que el nivel de ruido es superior al legal, entonces sí tenemos que introducir medidas, no hay vuelta de hoja», dijo González, que no descartó la instalación de algún tipo de apantallamiento especial con nuevos materiales.
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