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«Nadie podrá tocar desde ahora ni un solo hierro de la antigua planta de concentración minera de Obregón sin saber a qué se expone», así de tajante se muestra el alcalde de Villaescusa, Constantino Fernández, tras la declaración oficial del antiguo lavadero como Bien de Interés Local (BIL) ... . Una resolución que esta misma semana publicaba el Boletín Oficial del Estado (BOE) y en la que se establece que de ahora en adelante cualquier modificación que se haga en la añeja instalación, cuya construcción arrancó en 1968, tendrá que contar con el visto bueno de la Consejería de Cultura del Gobierno regional, que deberá velar por garantizar su conservación. Concluye así un proceso que echó a andar en 2018 gracias al impulso de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Cultural del Valle de Villaescusa. En el horizonte inmediato está la siguiente fase, que es su puesta en valor a través de varias iniciativas para su difusión. Todas esas propuestas, en principio, se apoyarán en la evidente fortaleza que supone que la obsoleta estructura se encuentre enmarcada dentro del Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
Que la planta de Obregón sea catalogada como BIL −con la categoría de Monumento− supone el «paso principal para su puesta en valor», explica el regidor. Ahora, «será más fácil pedir subvenciones» para su revalorización, al tiempo que será más viable emprender distintas iniciativas para darla a conocer, que ya se están trazando. Recientemente, se ha entregado un plan piloto redactado por una empresa especializada en este tipo de proyectos. Entre otras cuestiones plantea varios itinerarios por la instalación minera al tiempo que hace un balance de cuántas podrían acercarse a descubrir el lavadero, apoyándose en los «más de 650.00 personas al año»que visitan el Parque de la Naturaleza. Asimismo, desde el Ayuntamiento también hablan de la posibilidad de crear un centro de interpretación de la minería del hierro al amparo del lavadero, un espacio en el que se intentaría ensalzar tanto el patrimonio industrial como el pasado minero de Peña Cabarga.
Constantino Fernández
Alcalde de Villaescusa
Víctor Moreno
Asociación Patrimonio Villaescusa
No obstante, para el presidente de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Cultural del Valle de Villaescusa, Víctor Moreno, todo eso son planes más bien a «largo plazo». Para él la estrategia más inminente se debe centrar en los vecinos de Villaescusa. «En un proyecto como éste lo más importante es que la gente de la zona lo conozca y lo sienta como propio», tal y como es, puesto que las instalaciones de la Orconera llegaron a contar con más de mil trabajadores en sus mejores momentos, todos ellos de Villaescusa o procedentes de municipios colindantes. «Los vecinos que ignoran esto tienen que reconocer en la planta su memoria, eso no hay quien lo mueva, es más importante que cualquier BIL», valora Moreno, que explica que para alcanzar ese propósito se quiere empezar pronto con visitas guiadas dirigidas en especial a los oriundos.
El aliado más potente para el camino que queda por delante es, sin lugar a dudas, el Parque de Cabárceno, en el que han encontrado ya una mano tendida. «Nos han dejado todas las puertas abiertas, se están comprometiendo con nosotros», explica Moreno, agradeciendo el apoyo que ha encontrado en la directora del recinto, Beatriz Sainz. Con ello el parque quiere rescatar del olvido el pasado minero sobre el que se levanta, cuya actividad fue la causante de horadar su singular paisaje. «Actualmente están trabajando en muchas iniciativas para ampliar su oferta, y centrarse en la minería y el patrimonio industrial sería una de esas posibilidades», traslada Moreno.
De hecho, no se está hablando en condicional. Ya hay sobre la mesa algunas actuaciones para ir remando en esa dirección. «La directora del parque nos ha pedido que hagamos un proyecto para colocar cartelería que ponga en contexto a los visitantes de lo que fue toda esa zona», adelanta el presidente del colectivo. Así, por ejemplo, en uno de los paneles se contaría que el lago Sexta, actual recito de los hipopótamos, fue en origen una de las minas más potentes de Peña Cabarga, pero que luego se inundó. Eso sí, todo ello con el lavadero de Obregón como principal estandarte de este retorno de la minería a Cabárceno, que está dandos sus primeros pasos.
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