Más de 700 firmas para que no se cierre el aula de Infantil de La Penilla

Y es que estos padres opinan que se ha ido dejando morir la matriculación del alumnado, en vez de estimularla. Apuntan a que ha sido el director del Colegio Gerardo Diego de Cayón, David Urcola, quien bien por «inacción», o bien porque «no interesaba», ha favorecido que el número de alumnos se reduzca a tres, cuando en junio había siete.

«El 22 de junio recibo una llamada del director explicándome que el aula seguramente cierre porque solo hay siete niños, que está llamando a cada familia para decírselo y que en septiembre me van a llamar para confirmármelo», relata ahora Raquel Sainz, una de las madres de los tres niños que utilizan el aula actualmente. Ella optó por desoír la supuesta advertencia de quedarse sin plaza y continuó con su idea de llevar a su hija al aula rural de La Penilla, pero al inicio de curso se encontró con la sorpresa de que sólo había tres niños.

Un extremo que confirma Adolfo González, el padre de dos de esos tres niños del aula de Infantil que, como Raquel, ha optado por un formato de educación en una clase donde los niños están en un entorno menos masificado y rural. «No se si es una campaña en contra, pero lo que se ve es que no hay interés por parte del colegio en potenciar la matriculación en el aula de Infantil, porque en lugar de estar a favor no se ha actuado ni defendido su mantenimiento», explica.

Ambos progenitores insisten en que el servicio se ve abocado a un cierre por ese desinterés que apuntan que hay desde el centro, e insisten que han hablado con «padres que ahora están arrepentidos» de haberse dejado convencer por el criterio del colegio. Del mismo modo, defienden que el aula, ubicado en las antiguas escuelas de La Penilla (propiedad de la Nestlé) reúne buenas condiciones «en un entorno privilegiado con gallinas y sombras de robles» para los niños, expresa Sainz, quien insiste en que no se puede cerrar puesto que «la desaparición de servicios es una grieta por donde se va escapando la vida de los pueblos», subraya.

Por alusiones, el director del Colegio Gerardo Diego, David Urcola, negaba, a preguntas de El Diario Montañés, haber tratado de influir en la decisión de los padres de matricular a los niños en el Gerardo Diego. «Había cuatro familias y dos decidieron por su propia voluntad matricularse en el colegio», explica. Afirma que «por indicación de la Consejería de Educación», en un contexto de baja matriculación, se informó a los progenitores de algunos de estos extremos. Además, Urcola afirma que él «nunca» ha manifestado a nadie que quiera cerrar el aula. «Únicamente» dice que se les trasladó que en La Penilla hay servicios que no se pueden prestar o «son inviables» allí y con los que sí cuenta el colegio. Entre ellos, citó el comedor o el acceso a la recientemente creada «biblioteca de Infantil o el aula del futuro». También añadió que, en materia de instalaciones, el de La Penilla es un edificio con el aula arreglada, pero «antiguo» y «no tiene un vallado de seguridad en el frontal» para la correcta custodia de los niños.

Desde el Ayuntamiento de Santa María de Cayón, la primer teniente de alcalde y edil de Educación, Ana Obregón (PRC), se mostró a favor de acciones tendentes a conservar el aula abierta como defienden los padres. A tal efecto, ella misma ha solicitado una reunión con la Consejería de Educación para pedir un aula de dos años para La Penilla (ahora es de 3 a 5 años con una maestra). Afirma que el Ayuntamiento podría aportar el técnico infantil. La responsable municipal asegura que siempre ha estado «a favor» de potenciar este espacio, defendiendo que, en la pasada legislatura, su grupo impulsó la petición al Gobierno de Cantabria del parque infantil que tiene el recinto.