Casi 400 personas protestan para frenar el parque eólico del Escudo

La protesta –que se abanderó con los eslogan 'Así no' o 'No a los polígonos eólicos, Sí a las montañas y Sí al territorio rural vivo'– incluyó una escenificación teatral de lo que, a juicio de los detractores de este parque, está pasando con el proyecto.

Los manifestantes se fueron concentrando desde mediodía en La Coronía, un paraje con vistas al pantano del Ebro muy cerca de la sombría pirámide de los italianos en la frontera entre el Valle de Valdebezana (Burgos) y Cantabria. Llegaron desde distintos puntos de las merindades burgalesas y la montaña palentina, Campoo, Luena, Aguayo, Iguña, Toranzo o los valles pasiegos para defender sus montañas.

Tras extender una retahíla de pancartas que aludían al total rechazo a los proyectos eólicos que están en tramitación y a los políticos que los impulsan (citaban al PRC regional), se dio paso a la lectura de manifiestos por parte de afectados. Tras ello, varias mujeres jóvenes disfrazadas del presidente Miguel Ángel Revilla, un banquero y un campesino hicieron una escenificación de lo que, a su juicio, está pasando con el proyecto que consideran es «especulativo», traerá «más despoblación» a sus tierras e hipotecará «nuestro futuro», explicaron por megafonía. También unos niños tiraron todos 'a una' de las cuerdas que mantenían en pie dos maquetas de molinos traídos para la ocasión y que sostenía un falso operario de una empresa eléctrica.

El acto se cerró con la intervención de uno de los representantes de la Plataforma Sur de Cantabria y Montaña Palentina, Humberto García, que apeló a ponerse frente a los molinos. Lo hizo advirtiendo de que El Escudo –de llegar a construirse– «será la punta de lanza para el resto de parques en tramitación» por lo que animó a seguir en la lucha y frenarlo. «Vamos a parar las máquinas si vienen», dijo. Una afirmación que se respondió con aplausos.

La concentración se disolvió una hora más tarde y contó con poca presencia política y mucha de colectivos conservacionistas, entre ellos Hispania Nostra, Alceda o Ecologistas en Acción.

Entre los escasos ediles de todos los colores que se dejaron ver por allí, destacó la presencia del alcalde de San Miguel de Aguayo, Eduardo Gutiérrez (PSOE). Él fue quien hace unas semanas paralizaba una prospección «sin permisos» en su territorio de la empresa promotora. A preguntas de El Diario Montañés, el socialista defendía que estaba allí para apoyar a su pueblo y rechazar ese modelo eólico por su «afección a los pastos» y al territorio, sin descartar que aceptaría otro tipo de instalaciones sostenibles. «Yo soy de energías renovables con un orden y un plan, pero no ponerlas porque sí», se explicaba. «Es que a nosotros en Aguayo nos afectan 17 parques en total, es que no son ni uno ni dos...» ponía de ejemplo.

La empresa Biocantaber comparecía hace unos días para defender un proyecto que ya había rebajado sus expectativas iniciales de molinos –de 36 a 25– y había superado la fase ambiental. Prometieron ventajas sociales y rebajas de tarifas eléctricas o apoyo al territorio como contraprestación, además de puestos de trabajo y un cuidado tratamiento ambiental de las obras.