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«Una de las glorias de España será siempre el haber contribuido de una manera tan brillante a establecer la verdadera historia de la humanidad». Eso dejó escrito en 1914 Alberto I de Mónaco en un libro de visitas tras su segunda estancia en Cantabria. ... Su mecenazgo en el estudio de las cuevas le unió a esta tierra para siempre. Sobre todo, a Puente Viesgo. Y ese lazo no se ha roto tres generaciones después. Alberto I falleció en París el 26 de junio de 1922. Para celebrar el centenario de la muerte del príncipe y honrar su memoria, Alberto de Mónaco -Alberto II- vendrá este domingo a Puente Viesgo. Volverá, en realidad. Porque ya estuvo en 2010.
A falta de conocer en detalle la agenda del soberano monegasco, sí que se sabe que visitará el ya avanzado Centro de Arte Rupestre y las cuevas del Monte Castillo (habrá que concretar si visita únicamente El Castillo o alguna más). Eso y que será este domingo. De hecho, como publicó El Diario Montañés en el mes de febrero, la embajada del pequeño Estado confirmó por entonces al presidente Miguel Ángel Revilla (que acompañará a Alberto II durante las visitas) la fecha del 16 de octubre y que este será uno de los tres grandes actos -junto con los de Montecarlo e Italia- para recordar el centenario de la muerte de su tatarabuelo. Quedaba, por tanto, concretar. De hecho, lo previsto por el Gobierno de Cantabria es que hoy mismo se cierren los detalles de la agenda. Horarios, lugares en los que se dejará ver y acompañantes durante la jornada.
La visita de Alberto de Mónaco a las obras del Centro de Arte servirán como primer escaparate de la instalación. Se habló de hecho hace meses de la posibilidad de que llegara para inaugurarlo -o casi-. Pero no. La obra está muy avanzada, aunque no abrirá sus puertas hasta 2023 (el último plazo hablaba de «la próxima primavera»). El anuncio de la licitación para la instalación expositiva del centro salió a finales de septiembre con un presupuesto base cifrado en 825.000 euros -la instalación ha supuesto una inversión total de cuatro millones-. Días después -a primeros de este mes de octubre-, se inauguró la carretera de acceso, una vía que comunica con el núcleo urbano de Puente Viesgo y que ha costado 500.000 euros.
La otra parte de la visita tendrá un componente sentimental. Las cuevas. Las del lazo con su familia y con la región. «Demuestra que lo que hizo en Cantabria su tatarabuelo es uno de los temas de los que está más orgulloso», aseguró Revilla ya hace unos meses. Hace ahora poco más de doce años -fue en septiembre de 2010- ya recorrió El Castillo, La Pasiega y Las Chimeneas. La visita, en total, duró ocho horas. Se llevó, entre otras cosas, queso, sobaos y anchoas (que le regaló Revilla), y también una maqueta del Palacio de La Magdalena, obsequio del por entonces alcalde de Santander, Íñigo de la Serna.
La figura de Alberto I (1848-1922) es indispensable para entender lo que uno puede visitar hoy en día en Puente Viesgo. Fue el mecenas que, a principios del siglo XX, se encargó de financiar los trabajos arqueológicos en las cuevas del municipio, que son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Julio de 1909. El yate en la bahía. Alberto I llegó a Cantabria en el Pricesse Alice II, que fondeó en la bahía de Santander. Estuvo del 21 al 26 y la visita fue todo un acontecimiento social en la época.
Los motivos. Un mecenas europeo. Según un artículo publicado en este periódico por Javier Rodríguez, el motivo de la visita «era conocer in situ las pioneras excavaciones que lideraban los reputados arqueólogos Hugo Obermaier y Henri Breuil, pues las patrocinaba». Junto a ellos estaban sus colegas españoles Hermilio Alcalde del Río y Lorenzo Sierra. Alberto I de Mónaco acudió también al Instituto Oceanográfico de Santander.
Las cuevas. Las visitas. En la programación del viaje a Cantabria constaba, en concreto, el desplazamiento hasta las cuevas de Altamira, Castillo, El Valle y Covalanas.
Legado y segunda visita (1914). El libro y el encargo. El artículo recoge como el príncipe había regalado a Santander para su biblioteca un ejemplar de 'La Caverna de Altamira de Santillane'. Al parecer, Alberto I de Mónaco aprovechó el viaje para confirmar a Alcalde del Río la colaboración económica y, además, le concedió la dirección de las excavaciones de los yacimientos de Hornos de la Peña y Castillo. El príncipe regresó en 1914.
Septiembre 2010. La visita del tataranieto. Alberto II ya estuvo en 2010 en Cantabria con el objetivo de ver en persona la cavidad que ayudó a estudiar y difundir su antepasado. Completó una apretada agenda. Tras pisar Santander, conoció las cuevas de El Castillo, La Pasiega y Las Chimeneas, comió en Puente Viesgo y voló rumbo a casa.
Cuentan que se hizo muchas fotos con curiosos tanto «a la salida del Mercado del Este de Santander, como del Balneario de Puente Viesgo, donde se celebró la comida» -según pone en la crónica del día-. Y se marchó con un «no hay tiempo para más» en perfecto castellano cuando se despidió ante la insistencia de una veintena de personas que tomaban el café en la terraza del balneario. Su avión salió a las 17.45 horas del Seve Ballesteros.
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