Alcaldes y vecinos se quejan del estado de «abandono» de la línea telefónica

«Tenemos una veintena de postes tirados, con cables sobre las fincas privadas desde hace dos, tres o hasta cuatro años», explicaba esta semana el alcalde de Puente Viesgo, el regionalista Oscar Villegas, enfadado por el reciente robo de cobre en la línea telefónica que ha afectado al servicio de buena parte del municipio hasta Vargas. Aunque son temas distintos, la oleada de robos de cobre de la línea telefónica, por un lado, y el «abandono» de la infraestructura, por otro, la queja es general en toda la zona por la ausencia de respuesta de la compañía a los requerimientos de particulares e instituciones. «Llamamos al 112, ponemos la incidencia por parte del Ayuntamiento, las denuncias de particulares y nada de nada», añadía Villegas. «No les interesa porque están cambiando la tecnología de teléfono» y el mantenimiento de la infraestructura antigua es «muy costosa», pero los postes tirados y el cableado «podrían ser peligrosos para la población, hasta que pase algo, lo lamentemos y haya que tomar cartas en el asunto».

En su caso, Puente Viesgo lleva casi dos semanas sin línea por el asunto del robo, con el consiguiente «enfado» de los locales hosteleros, hoteles y negocios. «Yo he tenido que poner mi móvil para que me llamen los clientes y ya ni duermo porque me contactan hasta por la noche», comentaban con cierta resignación desde el restaurante La Unión. Ayer seguían sin línea allí, porque «nadie ha pasado a hacer la reparación». «Llamas y te dan un número de incidencia y ahí te quedas», subrayan los afectados.

Eso por los robos, pero el asunto del abandono de infraestructuras es prácticamente lo mismo y «con más delito», porque llevan así «años». «Telefónica es el organismo más impasible con el que nos hemos encontrado», señala el alcalde de Ribamontán al Monte, Joaquín Arco (PRC), que lleva «años» con el problema a cuestas. En su municipio también hay decenas de postes en mal estado que se han caído en fincas particulares causando peligro. Recuerda el caso de una señora que «estuvo un año» para que retirasen un poste medio caído por su finca. «Teníamos miedo de pasar por allí por el cableado y dábamos un rodeo», expresa la afectada a preguntas de El Diario Montañés.

En Liérganes hay un caso más complicado. Es el testimonio que aporta un ganadero a este periódico, con imágenes y atestado de la Guardia Civil. Y es que el pasado noviembre encontró a una de sus vacas enrolladas en el tendido de Telefónica. Estaba «muerta» y pensó que era por haberse enredado. El caso es que, a la semana, le pasó con una ternera y, al tocarla, «daba calambre». El tendido lleva allí «más de dos años caído» e impide incluso el acceso a su finca con maquinaria por uno de los lados. En su caso hay denuncia a la Guardia Civil y, además, hicieron pruebas de voltaje en un cableado que, en principio, no debería tenerlo. «Los técnicos detectaron corriente alterna de hasta 340 voltios», afirma el vecino, que lo atribuye a que «los cables deben estar tocando en algún sitio». El asunto está en el juzgado porque «Telefónica no responde», atestigua.

El alcalde de Liérganes, Ángel Bordas (PP), admite que estuvo viendo aquel incidente y también corrobora el «abandono» que hay de estas viejas infraestructuras por parte de Telefónica y la «poca eficacia» que existe a la hora de resolver el problema a los usuarios.

Un poco más arriba, en Miera, el alcalde, José Miguel Crespo (PRC), comenta más de lo mismo con el asunto del abandono de las infraestructuras. Crespo relata el caso de una vecina muy mayor a la que le afectó la caída del poste, ya que necesitaba disponer de línea porque era usuaria de la teleasistencia. «Tuvieron que poner otro sistema» para poder estar comunicados. Equipos que, según dijo, «pueden costar hasta 800 euros» a los vecinos. «Telefónica no atiende y tenemos un montón de quejas y reclamaciones, es una tomadura de pelo», incide. En su caso, la zona de Mortesante es la más afectada. Todos los alcaldes cuentan historias similares. En las zonas más rurales, además del problema con el ganado, también apuntan a que los cables pueden ser una trampa mortal para excursionistas y ciclistas.

Por el momento, la compañía solo ha respondido al asunto de los robos de cobre que han dejado sin servicio a numerosos usuarios. Aseguran que «están trabajando» para reponer el servicio, pero explican que están «migrando a otras tecnologías». Respecto a los robos de cobre, indican que ha habido «tal magnitud» de ellos que están «priorizando» reponer la línea en las zonas «más urgentes». De las infraestructuras, aún no han dicho nada.