Alertan de la presencia de un «lobo solitario» por el barrio pasiego de Yera

«Por el movimiento del GPS de la perra, hemos deducido que la mató el día 12, la enterró y luego la llevó a otro lugar para terminar de comérsela el día 15», explica el dueño del animal con tristeza, ya que Titi llevaba muchos años en la familia. La mañana en la que faltó la perra la sintieron ladrar mucho junto a su otro can. Tras ver que no regresaba, empezó la búsqueda con ayuda de los vecinos. Es a través del geolocalizador que se dan cuenta de que la perra está en la zona por donde ven al lobo y permanece quieta al menos dos días, luego se mueve y cuando encuentran el rastro del dispositivo hallan «una oreja y el GPS roto» de la perra. Es por ello que deducen que el lobo la enterró para comerla más tarde.

Previamente a este suceso, el mismo lobo ya había sido visto en la zona. De hecho un vecino llamado Aurelio se lo había encontrado en la zona de Corcos, a unos 70 metros de la entrada de su casa. La presencia, según relatan sus vecinos a este periódico, lo asustó inicialmente, pero al lobo no, porque prosiguió su camino hacia una finca cercana, saltó la pared y atacó a un becerro. «Pero las vacas lo cerraron», señalan sus familiares. De ahí, huyó campo a través cruzando la carretera de Estacas hasta el monte empinado a probar suerte con las cabras y ovejas, pero los vecinos ya habían dado la voz de alerta y lo ahuyentaron con «gritos y perros», avisándose a través de los móviles.

Dos días después de los incidentes del 5 de marzo, en los que el animal no parece tener suerte en sus cacerías, se le vuelve a ver por Yera y la ruta del Aján, trotando por los caminos del pueblo. Un vecino, Javier Díez, lo graba en vídeo «el 7 de marzo». En ese momento iba en dirección a la casa de José Luis, por donde existe un puente que puede cruzar hasta la zona semiboscosa, que linda con Viaña.

Cuando José Luis echó en falta a su perra Titi el día 12, envía el vídeo de su vecino a un experto de la Universidad de Valencia y este lo identifica como lobo ibérico, seguramente un macho de edad avanzada, fuera de manada, y «me comenta sobre el comportamiento desordenado de estos machos solitarios», destaca.

Tras la respuesta del experto y todos los sucesos encadenados, José Luis realizó una llamada al Seprona para ver qué podían hacer con el ejemplar puesto que tenían miedo del comportamiento del animal solitario al estar a apenas «150 metros de las casas». Según explica, los agentes les comentaron que pusiesen una denuncia y les aconsejaron llamar a Montes para una posible extracción del animal peligroso. Así lo hicieron, pero la llamada resultó infructuosa. «Pensaban que llamábamos para solicitar una indemnización, a pesar de que lo hacíamos para solucionar una situación que podría ser peligrosa», explica con cierto enfado José Luis, tras aclarar que más tarde les llamó un guarda para decirles que no podían hacer nada porque eran animales protegidos. «Entiendo que por mucha protección de la que disfrute un lobo no puede estar por encima de la de las personas a su integridad física y su propiedad», opina este vecino, que ya tiene preparada una denuncia «para que se dictamine si esos empleados públicos han hecho dejación de funciones».

También ha pedido en la citada denuncia «la extracción» del animal por su «presencia en núcleo habitado y con desplazamiento entre viviendas», instando a quien corresponda a que localice al lobo que los está atemorizando y no les deja dormir.

📲 Sigue el canal de El Diario Montañés en WhatsApp para no perderte las noticias más destacadas del día.