Los caballos atrapados ya están en casa

Han tenido que pasar 21 días desde el primer intento de rescate, el 7 de enero, para que los caballos atrapados por la nieve regresen a casa. Este miércoles, Josemi Sáinz, -dueño de los animales-, sus hermanos y dos ganaderos consiguieron bajar sanos y salvos a los nueve animales aislados por la nieve a más de 1.300 metros de altitud en el Collado de Brena, entre los montes de Burgos y Cantabria.

Y no ha sido por falta de insistencia. Josemi lleva intentando traerlos de vuelta desde el 8 de enero, cuando un grupo de quince voluntarios consiguió acceder a ellos para llevarles fardos de hierba y pienso después de que que estuvieran diez días sin comer tras quedar atrapados.

Josemi no paraba de pensar en ellos durante estas semanas y es que cada dos días se enfundaba sus raquetas de nieve y camina más de cinco kilómetros hasta ellos para asegurarse de que estaban bien: «Si no llego a subir se mueren, así que no quedaba otra que llevarles comida porque era imposible bajarles con tanta nieve», cuenta desde Valdeporres.

Durante estas semanas, Josemi ha explorado la zona junto a su hermano para buscar la forma más segura de sacarlos de allí: «He ido día sí día no, con algún amigo que me acompañaba en moto o quad para transportar la comida». Además, consiguió abrir un camino para que los animales pudieran acceder a beber agua a un arroyo cercano durante estas semanas.

Y a la tercera va la vencida. Esta semana, tras intentarlo el lunes y el martes, el miércoles consiguieron realizar una trinchera y abrir camino: «Estaban en la zona descampada que les habilitamos, pero rodeados todavía por más de metro y medio de nieve, se podían mover unos 100 metros, pero seguían atrapados sin tener libertad», cuenta el dueño.

Antes de ayer, salieron desde Busnela con los caballos de montura, los que utilizan con el ganado, para así abrir huella y regresar, esta vez sí, con las nueve yeguas y el caballo a Valdeporres.

Josemi explica que se siente «muy aliviado» pero cansado, ya que con la gran cantidad de nieve, el rescate final se ha retrasado «más de lo esperado»: «Ya he avisado a todos los voluntarios que nos ayudaron en su momento y no tengo palabras para agradecerles lo que hicieron por mí sin conocerme, lo recordaré toda mi vida».

Esta historia que se cierra ahora con un final feliz tuvo un inicio angustioso. Josemi buscó ayuda en las redes sociales después de que la manada huyese asustada al monte, justo antes de la llegada de Filomena. Y la encontró.

Recibieron hasta 400 llamadas de voluntarios dispuestos a ayudar. Con la noche encima y mínimas de hasta 16 grados bajo cero, el primer grupo que lo intentó tuvo que dar marcha atrás. Al día siguiente, un nuevo grupo de voluntarios, entre ellos varios efectivos de los bomberos de Burgos, consiguió llegar con esquís hasta ellos con más de 120 kilos de piensos. Allí abrieron una trinchera y reunieron a los animales en una zona descampada, donde han permanecido hasta su rescate final, que como dice Josemi, «se ha hecho esperar, pero ha merecido la pena».