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El poeta Gerardo Diego ante su piano Colección josé javier gómez arroyo
«Pas que en cantar mi sangre no se cansa...»
Esencia Pasiega

«Pas que en cantar mi sangre no se cansa...»

El poeta Gerardo Diego, impulsor y figura representativa de la denominada Generación del 27, a menudo reflejó en sus sonetos y con orgullo su abolengo pasiego

josé javier gómez arroyo

Vega de Pas

Domingo, 22 de noviembre 2020

Lo fue todo en el mundo de la cultura, donde brilló como exitoso poeta y ensayista, ingenioso conferenciante, catedrático de literatura, miembro de la Real Academia Española, muy aficionado a la pintura, tan brillante como modesto concertista de piano y considerado una de las figuras más representativas en la denominada Generación del 27, además de haber sido recompensado con innumerables galardones, entre ellos el Premio Nacional de Literatura junto a Rafael Alberti en 1925 o el Premio Cervantes y que igualmente compartió con Jorge Luis Borges en 1979; y, como broche de oro a su existencia, pudo vanagloriarse también de portar sangre pasiega, porque nuestro protagonista amó la tierra de su padre y esa maravillosa montaña que es el Castro Valnera, desde cuya cima observaba a su amada Santander, su cuna y pasión, su vida y su palabra...

Aquel entrañable cariño por los Montes de Pas, por la tierra de sus ancestros, quedó también plasmado en un soneto brindado precisamente a este balcón de Cantabria que arropa a la villa de Vega de Pas y en el que entonaba... «Por ti soy noble con los tuyos, con los míos, sangre de Diegos, lengua de pasiegos, que al Ebro pudo acrecentar o al Pas precipitarse en llanto de cascadas. Y tú, balanza de Valnera, compensaste la cuna de mi padre, en tu ladera sur, haciéndome nacer de un vuelo justo en la concha de sal, última linde de tu mirada al septentrión desparramada. Grandeza tuya y mía, oh Castro de Castilla y Cantabria, oh paz de Iberia...» (Fragmento del poema'Atardecer en la Braguía').

Gerardo Francisco Diego Cendoya vino al mundo en Santander en 1896, donde su padre, Manuel Diego Barquín y fiel a la tradición comerciante del tejido que muchos pasiegos entre los siglos XIX y XX abrazaron, regentaba una tienda de telas: «Mi padre fue un pasiego. Pastor de ovejas. Empezó teniendo una tienda que realmente no era siquiera una tienda hasta que un día lo fue. Serio de carácter, creo que yo heredé su seriedad...» Entrevista de Víctor Pruneda, Hoja del Lunes, Barcelona, 31de marzo de 1980.) Igualmente el genealogista Juan José Ruiz Oria, miembro de la Asociación Cántabra de Genealogía (Ascagen) nos esclarece la montaraz ascendencia pasiega del poeta en un artículo sobre los apellidos compuestos en la comarca con un curioso apunte del propio lírico y al referirse al solar del trovador afincado en Espinosa de los Monteros, Vega de Pas y San Pedro del Romeral, lugares donde surge el enlace de los Diego con los Madrazo en el último cuarto del siglo XVI y tradicional familia de monteros reales emparentados además con los marqueses del Valle de la Colina: «Elpoeta y escritor Gerardo Diego Cendoya, miembro del linaje de los García Diego Madrazo, ilustraba así la relativa anarquía imperante en el uso de esta clase de apellidos:

«Bien sabes que entonces, un entonces que acaba en el bisabuelo, mi apellido era compuesto: García de Diego, García Diego o Diego Madrazo, que de estas diversas maneras aparece en los pergaminos del linaje familiar. Pero, justamente, mi abuelo tuvo el buen gusto, el rasgo elegante, de simplificar complicaciones. Siempre he preferido lo simple a lo compuesto. Salgo a mi abuelo, que se llamó Leonardo Diego, así, simple y sin DE. Quizá un seguro instinto eufónico el «do de die», la tartamuda cacofonía.»» (El apellido compuesto en los Montes de Pas. Juan José Ruiz Oria, revista Ascagen nº 24).

Y siendo orgullo de esta raza también lo es para la ciudad de Soria, donde desempeñó por vez primera su cátedra de literatura en el año 1920 y localidad que gozó de sus originales y amenas conferencias-conciertos interpretando a los clásicos ante un piano de cola Stenway&Sons en el antiguo Casino de Numancia, mientras su amigo el escritor y magistrado Mariano Granados Aguirre recitaba, hace ahora cien años, las paráfrasis que el entonces joven poeta había escrito inspirado en los nocturnos de Chopín, el mismo y viejo teclado que servirá para rememorar la poesía y música de este pasiego a los concertistas que participarán en el Ciclo de piano Gerardo Diego y que tendrá lugar en el rebautizado Círculo Amistad Numancia de Soria entre febrero y mayo del ya cercano año 2021. Un bello gesto de esta «ciudad para poetas».

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