Capital Energy pide que se desestimen las alegaciones al parque eólico Garma Blanca

Casi todos los ayuntamientos afectados -no todos aún- están ya respondiendo en plazo a la petición de la promotora para que se desestimen las alegaciones contrarias a la construcción de Ribota y ahora les toca hacer lo mismo con Garma Blanca. Un trámite que es casi de obligado cumplimiento porque de no responder, según comentan algunos de los regidores consultados, Transición Ecológica podría dar por bueno lo que dice la promotora.

En Valles Pasiegos y Trasmiera no quieren Garma Blanca, pero tampoco Ribota, lo han expresado muy claro con miles de alegaciones, asambleas y decenas de plenos municipales. No lo quieren por los impactos ambientales que, según argumentan, puede suponerles la ruina a nivel paisajístico, de ruido e importantes afecciones a la flora o fauna, pero también porque acabaría con el turismo y su medio de vida.

¿Qué es lo que dice la promotora de esos dos parques concretos en la contestación a las miles de alegaciones presentadas contra sus proyectos? Pues principalmente que sus estudios sobre temas relacionados con el impacto ambiental han sido más que «garantistas» y que, en ambos proyectos, se ha «priorizado», en la medida de lo posible, «la afección a masas arboladas autóctonas, la flora, la fauna y al patrimonio artístico y cultural»; que se han realizado todo tipo de estudios, ambientales, geotécnicos y de infrasonidos reglados, en los que se recogen que «no se superan los valores mínimos» de ruido. También que el diseño de los proyectos se ha hecho intentando «minimizar al máximo la afección del territorio», entre otros muchos argumentos. Dicen que «el alcance de sus estudios de impacto ambiental es mucho más garantista de lo que pide la ley» en estos casos y que se incluyen planes de compensación económica o social a los afectados en materia de impuestos, creación de bolsas de empleo etc.

También exponen, en respuesta a las alegaciones municipales, que el PROT, el Plenercan o el Plan Especial de Conservación del Territorio Pasiego no son imputables a la compañía sino al Gobierno cántabro y que, en todo caso, no impedirían la instalación de eólicos bien por no estar aprobados o desarrollados o bien «porque no son necesarios».

Los consistorios ya están respondiendo y piden ser excluidos del mapa eólico en su mayor parte. En el caso concreto de Riotuerto - afectado sobre todo por el último parque- los vecinos primero y el Partido Popular local después han pedido esta semana que se haga lo mismo, que se conteste la respuesta de la empresa y se blinde el territorio de molinos.

Las plataformas contrarias a la instalación de la cascada de parques en tramitación siguen presentando alegaciones sin descanso y organizando reuniones. Hoy domingo hay una, a las 12.00 horas, en la localidad de Aradillos (Campoo de Enmedio). Al margen, esta semana denunciaban que algunas administraciones regionales están poniendo «pegas» burocráticas para poder presentar documentación dado el aluvión de reclamaciones. En los ayuntamientos afectados los alcaldes pasiegos reconocen que no dan abasto a recoger alegaciones.