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El pescador asturiano José Armando Devesa izó este sábado, poco antes de las 21.00 horas, el 'campanu' de la temporada salmonera en Cantabria. El afortunado lance tuvo lugar en el coto de Puente Viesgo, en la conocida como zona de La Tablilla. El ejemplar ... pesó 3,8 kilos y midió 71 centímetros de longitud y 13,5 centímetros de circunferencia.
El Bar del Puerto de Santander se hizo con el emblemático trofeo tras pagar 4.000 euros ofrecidos por su propietario, Antonio Núñez, con el que contactaron los pescadores tras cumplimentar junto a los agentes del Medio Natural el protocolo que rodea la pesca del salmón en los cauces cántabros.
La captura pasará a la historia por varios motivos. En primer lugar, por llegar seis semanas después de haberse abierto la campaña, que hubo de suspenderse el pasado 27 de abril ante la falta de caudal y que se reabrió este viernes. En segundo lugar, porque este pez sí que es especialmente simbólico. El primero de Cantabria. El 1 de mayo 2012 pescó también un 'campanu', aunque en esa ocasión fue el del río Pas. Entonces logró dominar a un ejemplar que en báscula dio 7.900 gramos y por el que se embolsó 3.000 euros abonados por un bar de Santander. Aquel día se levantaron otros ocho salmones en todas las cuencas de la región, entre ellos el 'campanu' cántabro, que fue pescado en el Asón por Amador Sarabia. Nada que ver con el panorama actual.
Pero sin duda, el episodio vivido este sábado será recordado porque, literalmente, llegó envuelto en sangre, sudor y lágrimas de su protagonista. Tal fue la costalada que sufrió José Armando cuando patinó y cayó a plomo tras resbalar en una piedra cuando trataba de ponerse a salvo del aguacero que le sorprendió a primera hora de la tarde en el Pas.
Allí llevaba apostado junto a sus hijos Saúl y Miguel, que completaban su cuadrilla. Los tres amanecieron en su pueblo de Ceceda, en el concejo de Nava, y tomaron posiciones en el río pasadas las 08.30 horas, para hacer uso de su derecho obtenido por sorteo el pasado mes de diciembre. Junto a ellos, su amigo incondicional Ángel Fernández, 'Gelín el Pasiego', completaba la partida.
Como quiera que la caída dejó muy dolorido a José Armando, la prudencia aconsejó interrumpir la jornada de pesca y acudir hasta el hospital de Sierrallana de Torrelavega. Allí descartaron cualquier lesión de gravedad y, sin saberlo, activaron la mecha de la fortuna. «Nos han atendido de maravilla. Y yo, medio en broma, les he dicho a los que estaban conmigo: ¿Vamos al río otra vez? El resto se lo han tomado en serio y allá que hemos vuelto», relata.
En buena hora. Porque fue meterse al río y avistar al ejemplar en una zona donde no habían detectado peces durante lo que llevaban de jornada. A partir de ahí, su habilidad con el manejo de la caña y el engaño obró el 'milagro'.
La noticia saltó de móvil en móvil entre los buenos aficionados a la pesca del salmón que comenzaban a inquietarse ante la falta de logros pese a las buenas condiciones de los cauces. Una evidencia de que el auténtico problema, más allá de la infrecuente pérdida de caudal de los ríos para esta época del año, reside en la drástica disminución en el número de ejemplares que se adentran en las cuencas.
La jornada estaba llamada a ser otro fiasco pese al empeño de cuadrillas como la de José Armando. No sólo en el río Pas, sino en el Asón, cuyos cotos tradicionales de Batuerto y Laza, en Rasines, también fueron visitados por quienes los habían obtenido en suerte para esta jornada. Ninguno imaginaba meses atrás que pudiera llegarles el turno sin que el 'campanu' hubiera hecho su aparición.
El salmón está presente en el cauce y algunos ejemplares se dejan ver. Pero a medida que se acostumbran a sus dulces aguas se convierten en mucho más esquivos ante los engaños. De un tiempo a esta parte la pesca del salmón se ha convertido en el mejor exponente del cálculo de probabilidades. Porque ya puede entrar al río el pescador más experto y habilidoso con la caña, que poco tendrá que hacer si falta el aspirante a víctima de sus lances. Sin salmón no hay paraíso.
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