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José Javier Gómez Arroyo
Vega de Pas
Lunes, 30 de enero 2023, 15:37
Representa un orgullo para el municipio de Medio Cudeyo y para su capital Valdecilla, pues, trasmerano de nacimiento y condición, de este atrayente rincón era originario don Ramón Pelayo de la Torriente, marqués de Valdecilla con Grandeza de España y respetado benefactor en Cantabria por ... su amor y labor altruista hacia su tierra. Nacido en 1850, ya desde pequeño mostró tener una fuerte personalidad cuando se vio injustamente castigado por el maestro de su escuela, que lo acusó de haber robado las manzanas de un huerto cercano. Rebelde ante tal atropello, decide escapar de aquel aula y se presenta ante su padre proclamando su inocencia y diciéndole con firmeza que él no vuelve a ese colegio. El padre, prudente ante aquella chiquillada, le dice que si quiere ir a otra escuela tendrá que ser a la inmediata del pueblo de Heras, a cuatro kilómetros de distancia de la suya, condición aceptada por el niño y entereza que nos relató el prestigioso periodista y dos veces Premio Nacional de Literatura José Montero Alonso en la revista Crónica del 3 de abril de 1932: «Es el invierno. Lluvia sobre los campos de Cantabria. Los caminos están encharcados y el viento tiene sobre el valle aullidos medrosos. Nada encoge, sin embargo, el ánimo del chiquillo. Ramón Pelayo recorre por la mañana y por la tarde aquella distancia, vencedor de la lluvia y del frío. A veces, el mayoral de la diligencia que hace el servicio entre Santander y Bilbao, le permite colocarse en el pescante cuando la inclemencia es excesiva«,
Ese mismo y sereno temperamento es el que, con apenas catorce años, le llevó a embarcarse hacia la entonces provincia española de Cuba, donde sus habilidades para los negocios dieron pronto fruto al interesarse por los avances de la denominada revolución industrial en los Estados Unidos, ideas que trasladó a la isla caribeña donde había fijado residencia y que le convirtieron en un exitoso empresario, contando con un servicio de tren privado para sus negocios y ocho mil obreros a su cargo, a quienes con bondadoso desprendimiento dotó de viviendas y escuelas para sus hijos. Tras las vicisitudes ocurridas en Cuba y la proclamación de su independencia, Ramón Pelayo regresa a España en 1920 y cuando ya el rey Alfonso XIII le había concedido cuatro años antes el título de marqués de Valdecilla por su defensa en la causa española y actividades filantrópicas, que se tradujeron en la creación de escuelas en diferentes municipios de Cantabria, incluida la de su Valdecilla natal, lugar donde además construyó el cuartel de la Guardia Civil, los juzgados, la iglesia y donde fijó morada en la finca que hoy es orgullo de Medio Cudeyo y que alberga el museo creado en su memoria.
Pero si por algo es recordado nuestra personalidad de hoy, además de por haber donado un millón de pesetas de la época para mejoras en la Universidad Central de Madrid, realizar aportaciones educativas en toda España y sufragar una quinta parte de la edificación del Palacio Real de la Magdalena en Santander, es por la construcción de la Casa de Salud Valdecilla en esta misma capital de La Montaña, inaugurada en 1929 bajo su precepto de atender a una sociedad sin distinción social ni económica y con los mejores adelantos técnicos y científicos que hace vanagloriarse a Cantabria por ser hoy el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de referencia internacional; mas también los pasiegos alardean de tenerlo en su genealogía, ya advertido por Adriano García-Lomas en su obra sobre este linaje: «Como todos los de su sangre tenía a gran honor su ascendencia pasiega, por lo que solía repetir: «Soy Pelayo, Pelayo, Pelayo, pasiego de esa raza inigualable que también conoce la aguja de marear»».
Hoy sabemos que los abuelos de su tatarabuelo, don Juan Pelayo Herrero, nacido en Vega de Pas en 1617 y casado con María Ortiz y Trueba, figuran en el padrón de hijosdalgo de la misma villa en el año 1668, el más antiguo conocido de la región y confirmado en los siguientes de 1674 y 1680, como también que su tatarabuelo, Marcos Pelayo y Ortiz, igualmente nacido en Vega de Pas en 1695, contaba con Real Provisión de Nobleza extendida por la Chancillería de Valladolid en 1787 y ordenando «fuese tenido y considerado como hidalgo, incluyéndosele en las listas, nóminas y padrones correspondientes, mandando se le guarden todos los honores, exenciones, franquicias y libertades que, como tal hijodalgo, le corresponden…», por lo cual es de considerar, si nos da licencia el también noble pueblo trasmerano, que de casta pasiega le viene al marqués.
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