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Saltimbanquis, diablos, caricaturas humanas, máscaras, enormes diademas, personajes siniestos, risueños, a cual más sorprendente, surgieron este sábado de las entrañas de la tierra, de las cuevas del sagrado monte Castillo, cavernas en las que la vida se ha aderezado desde hace miles de años con ... tradiciones ancestrales que ayer se pusieron en pié para recorrer las calles de Puente Viesgo, entre el asombro de los mayores y el temor de los más pequeños.
La Vijanera, una de las más antigua y relevante celebraciones de toda Europa, ejerció de anfitriona en su tierra, desfilando lejos de Silió para avalar el primer Encuentro Internacional de Mascaradas que se celebra en Cantabria aprovechando los puntos en común entre esas tradiciones y los grabados del arte paleolítico que ya evidenció Hermilio Alcalde del Río en 1904.
Una comitiva espectacular de principio a fin, como pocas se habrán podido ver en la historia de la región, 200 personajes repartidos en seis grupos llegados de distintos lugares que convocaban a cada paso a todos los espíritus habidos y por haber, logrando entroncar las noches de fuego y magia de las cuevas prehistóricas con los embrujos, hechizos y rituales del albor de la humanidad.
Desde Eslovenia arribaron los componentes de Koranti Borovci, de Ptuj, conjunto declarado por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que no dejó indiferente a nadie. La relación con La Vijanera nació en otro encuentro internacional, en 2019 en la ciudad Suiza de Altstätten. Allí, tras el último de los desfiles, se acercaron atraídos por el tamaño de los campanos de Silió. El cadente sonido fraguó una amistad que les trajo este fin de semana a la península por primera vez.
Desde León llegó uno de los grupos que mejor conservan la esencia de la tradición a lo largo de toda la piel del toro. Un colectivo «con el que nos une un hondo sentimiento y pasión por nuestro pasado», decían desde la mascarada cántabra de los Guirrios y las Madamas de Llamas de la Ribera.
En Puente Viesgo desembarcó una de las mascaradas más llamativas de España, también declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial. «Con el tizne de sus rostros y brazos embadurnan a los que cada sábado de carnaval se acercan hasta Luzón (Guadalajara) para ver a los Diablos y a las Mascaritas. El ruido y carreras de los Diablos contrastaban con la pose hierática de las Mascaritas para hacer temblar al más osado cuando pasaban cerca.
El ruido y el color lo ponía el Folión y los Boteiros de Viana do Bolo, uno de los grupos más tradicionales de Galicia. «Una combinación que lo convierte en uno de los entroidos más importantes de Ourense».
Y desde Asturias se acercaron viejos amigos de los cántabros, el grupo Sidros y Comedies de Valdesoto, una apuesta por la tradición que se vio plasmada en su reconocimiento como Bien de Interés Cultural en 2019. Se trata de una de las mascaradas que junto a La Vijanera se celebran próximas al inicio del año, e igual que sucede en Silió, además del ruido de las esquilas y los saltos de los Sidros, junto a la iglesia del pueblo repasan de un modo ácido y mordaz lo acontecido en el año que termina, cual las coplas cántabras.
Entroncados de mil formas con unos y con otros, La Vijanera, un conglomerado de ritos, costumbres, naturaleza y oficios, crítica y chanza, sueños y pesadillas humanizadas al ritmo de los campanos de zarramacos que, por primera vez, tras muchos años de historia, recorrían calles cántabras que no eran las de su pueblo natal.
A su paso, todos fueron aplaudidos esta tarde, admirados por cientos de curiosos que se acercaron para ver la mascarada o que, de visita en Puente Viesgo, se chocaron de frente con un encuentro que, como explicó el alcalde de la villa pasiega, Óscar Villegas, nace con vocación de ser bianual para escoger bien los grupos que participen. Con él, la alcaldesa de Molledo, Verónica Mantecón, se preparaba para acogerles a todos hoy domingo.
Al término del desfile componentes de unos y otros grupos se mezclaron con la gente, a ratos intercambiando risas, posando para mil fotos con grandes y pequeños. A ratos serios, mirando al cielo convocando a la lluvia, que tanto bien hace.
Todos renovarán sus votos con Cantabria y La Vijanera este domingo en un escenario tan reconocido como el de Puente Viesgo, las calles de Silió, en Molledo. Marco rural que muchos ya conocen, porque los Sidros y Comedies y el Folión y los Boteiros ya han desfilado en esa histórica población en la que emergen las tradiciones por el empuje de sus vecinos. La Vijanera guardará sus trajes y máscaras hoy domingo para que el resto de celebraciones brillen con fuerza a mediodía, a la sombra de Jano.
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