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«Yo no soy político», dice varias veces el popular Miguel Ángel Prieto a lo largo de la entrevista. El alcalde de Saro (Llerana, 1962) ni cobra sueldo –tampoco ningún concejal del Ayuntamiento percibe dietas–, ni se deja llevar por la ideología del partido. «Vivo ... de mi trabajo». Es controlador de la Asociación Frisona de Cantabria. Y el balance que hace al alcanzar su cuarta legislatura con mayoría imbatible es sencillo: «he conseguido mejorar la calidad de vida de los vecinos». Ese es su principal objetivo. Sin mirar colores. «Hace poco una vecina que tenía un problema con el alumbrado de la farola se quejaba de que no se le arreglaba porque su familia es del PRC y, al día siguiente, ya estaba reparada. A mí me da igual a quién vote cada uno, es un vecino y estoy para solucionar los problemas».
–Llegó a la política por casualidad y ya va camino de los catorce años como alcalde
–Yo no soy político. Toda mi dedicación se centra en mejorar el Ayuntamiento y el bienestar de los vecinos. Trato de solucionar los problemas. Cuando Daniel Trueba (el anterior regidor) me dijo que me iba a presentar en las listas para alcalde porque él ya estaba muy mayor y su familia quería que lo dejara, de primeras le dije que no quería porque esto no era lo mío. Pero él insistió, me decía que no le dijera nada a nadie, y no lo sabía ni mi mujer, que se acabó enterando por la calle. Mes y medio antes de las elecciones, Daniel se murió y me tuve que quedar con 'el marrón'. De esto hace ya trece años y pico, y llevo cuatro legislaturas. No esperaba estar tanto tiempo, pero los concejales y los vecinos me dicen que tengo que seguir.
–Cuando le propusieron ser cabeza de lista dijo que no le interesaba porque «no quería complicaciones». ¿Le da muchos quebraderos de cabeza la Alcaldía?
–Mayormente, no. La gente aquí no te crea muchos problemas. Si hay algún problemilla es de gente que viene de fuera y se compra una cabaña en un sitio diseminado, sin cerciorarse bien de lo que han comprado. Después vienen reclamando que no tienen agua, que no tienen luz, que si no llega la carretera hasta su vivienda... E intentas solucionarlo.
–Saro es de los pocos municipios de menos de 1.000 habitantes que ha ganado población. ¿Qué cree que atrae a esos nuevos vecinos?
–Lo bonito que es el valle. Esto es de lo más tranquilo que hay. Se han ido vendiendo muchas cabañas al cambiarse de uso a viviendas y mucha gente se ha venido a vivir aquí. Aunque aquí la población es mayor, jóvenes pocos.
–¿Sigue habiendo problemas con la conexión a internet?
–No. Tenemos fibra óptica con la empresa Adamo y con Netcan vía satélite.
–En estos municipios pequeños el alcalde hace un poco de todo. ¿Cómo es su día a día?
–Yo el despacho lo tengo en la calle y solo voy a casa a dormir. Estoy todo el día fuera. Atiendo cualquier problema que haya y a cualquier vecino que se me acerque para pedirme algo. Estamos a las verdes y a las maduras. Hace poco se cayó un árbol en una carretera y fui con otra persona a quitarlo.
–El demandado proyecto del centro cívico está cada vez más cerca de ser una realidad.
–Queremos hacer un centro cívico en lo que eran las antiguas viviendas de los maestros, que están en la segunda planta del edificio del Ayuntamiento. Estuvimos reunidos con la consejera de Cultura porque es un proyecto que tenemos desde hace catorce años. Había un proyecto redactado, pero se había llevado a un archivo en el polígono de Guarnizo y lo hemos tenido que ir a pedir y recuperarlo. Lo que ocurre es que ese proyecto se ha quedado antiguo y hay que actualizar los precios de los materiales y la mano de obra. Los técnicos de la Consejería lo estudiarán para actualizarlo y nos han dicho que van a licitar la obra. El Ayuntamiento ya se ha encargado de demoler toda la tabiquería y el suelo lo hemos cambiado poniendo tarima. Ahora falta ejecutar el resto de los trabajos.
–Es vital en estos núcleos disponer de un espacio para que los vecinos se puedan reunir.
–Sí, tenemos una asociación de mujeres de mediana edad que utiliza lo que eran las antiguas escuelas y hacen manualidades, tocan la pandereta, trabajos para la iglesia... Aquí no hay un centro y queremos hacerlo en la parte que estaba destinada a viviendas de los maestros para que puedan ir los vecinos y colectivos.
–¿Qué obras ha solicitado a las distintas consejerías?
–Nos han hecho nueva la carretera de Llerana a Carcabal y han arreglado un argayo en el vial que sube de la Cruz de Llerana a Carcabal. Fomento se ha comprometido a acondicionar la plataforma entre Llerana y Esles, y esperamos que, a principios de año, se adjudique el saneamiento de Coterillo. Siendo zona rural llevamos cinco años sin que la Consejería de Ganadería nos haga un camino. El anterior consejero ya nos dijo que nos a van a hacer el camino en Lindota. También hemos pedido instalar una cubierta en la pista polideportiva de Saro, la reparación de la cubierta de las antiguas escuelas de Coterillo y mejorar el parque infantil de Llerana. La mayoría son contratos menores que es más fácil de conseguir.
–El cambio en las siglas del Gobierno regional les beneficia.
–Esto funciona así, aunque la política no debería ser así. Nos va a beneficiar un poco a los ayuntamientos que hemos estado marginados por el anterior Ejecutivo regional.
–¿Cómo ve la situación por la que pasa la ganadería?
–Muy crítica. Se está acabando porque no hay relevo generacional. La gente está muy cansada. Aquí todavía quedan bastantes ganaderos que producen leche con vacas frisonas.
–¿Cuál es su postura sobre la incorporación de Piélagos a los Mancomunidad de los Valles Pasiegos que tanta polémica ha generado?
–Es bueno. Cuantos más seamos, mejor. Ha habido polémica porque entrara Piélagos, pero también está Puente Viesgo y otros ayuntamientos... Es un tema político. Si Piélagos fuera del PRC, el PRC estaría de acuerdo.
–¿Cómo se posiciona con el tema de los parques eólicos?
–Los vecinos están en contra por el impacto ambiental y yo no digo nada, porque aquí manda la gente. Creo que hay sitios para ponerlos: el páramo, el Escudo, zonas que están despobladas en el monte. Lo único, el impacto ambiental, pero no creo que generen ninguna otra cosa.
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