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Cantabria cuenta con suficiente materia prima para fijar en su territorio la figura de Reserva de la Biosfera (RB), un sello de excelencia territorial que otorga la Unesco y del que otras comunidades vecinas como Asturias o Galicia presumen. Pese a las ventajas que plantean los promotores de esta marca mundial, las dos propuestas cántabras que hay sobre la mesa (la interregional de Valles Pasiegos-merindades burgalesas y la de Liébana) no acaban de coger la velocidad deseada inicialmente por los grupos de acción local que las impulsan y se están encontrando con casi las mismas piedras en el camino.
El principal escollo al que se han enfrentado reservas como la de Valles Pasiegos es la negativa de alguno de los municipios a formar parte de la misma. En el caso de la pasiega han sido Saro, Vega de Pas y San Pedro del Romeral. Asimismo, en Liébana, hay uno que, aunque no lo ha votado aún, tiene claro que no concurrirá, que es Pesaguero y otro, Cillorigo, que está en duda.
Aunque ahora todos dicen que «no hay prisa» para aprobar la figura de la Unesco, los marcos temporales iniciales que se fijaron a priori ambas propuestas de reservas cántabras fueron demasiado optimistas y se han ido retrasando. El motivo principal ha sido el hecho de no poder contar con el consenso de todo el territorio, aunque sí lo han conseguido con la mayor parte.
Por resumir ambas situaciones, en la candidatura interregional de Valles Pasiegos-Merindades (que abarca el Pas, Pisueña, Miera y la parte de Burgos), sólo tres de los 19 municipios inicialmente implicados (Vega de Pas, San Pedro y Saro) han dicho que «no» a la reserva. En su caso, no ven ventajas en esta figura para ellos, sino más bien un lastre a su futuro desarrollo. Sus alcaldes han sido inflexibles al llamamiento de sus homólogos burgaleses y cántabros y la candidatura, finalmente, se hará sin ellos.
Los negacionistas de la reserva insisten en que la información que se les ha dado ha sido «sesgada» e incluso que se les han dicho «medias verdades» en las asambleas participativas vendiendo las bondades y ocultando la letra pequeña del contrato. Opinan que, pese a las ventajas promocionales o económicas –que tampoco se creen– «habrá restricciones ambientales».
Además estos municipios tienen en común dos características: que son territorios dentro de la zona «núcleo» de la reserva y que tienen un importante porcentaje de ganaderos.
La principal discrepancia que esgrimen estos municipios radica en la estructura territorial de las reservas que establece tres estratos de protección con compromiso de sostenibilidad a la hora de formar parte de una RB (núcleo, tampón y transición). En el caso de los municipios que se encuentran en zona núcleo (caso de Vega de Pas, San Pedro o Pesaguero en la lebaniega) el grado de implicación requerida en las buenas prácticas sostenibles es superior que en el resto de zonas.
Pese a ello, tal y como ha defendido por activa y por pasiva la propia Consejería de Medio Ambiente del Gobierno regional –que apoya sin fisuras la marca de la Unesco– «esto no supone que vayan a tener problemas añadidos en materia de restricción ambiental». Y afirman que no los tendrán porque son territorios que, a priori, ya cuentan con legislación añadida –como la Red Natura 2000– en el territorio. Por ello, los que defienden la marca les piden que no utilicen argumentos «falsos» para no entrar, porque las reservas, a pesar de su nombre, «no suponen ninguna limitación» más allá de la protección que, en sí misma, ya tienen establecida. En la balanza del «sí» a la candidatura también esgrimen «las ventajas» de la marca, no sólo por la publicidad o la revalorización del producto local, sino también por «las inversiones» que aportará a futuro. Como ejemplo, señalaban en la última asamblea en Vega de Pas, las ayudas de «más de 600.000 euros» convocadas por el gobierno gallego y también el canario.
En la actualidad, la negativa de los regidores pasiegos en zona núcleo de la reserva, junto al informe desfavorable del Comité Español del Programa MAB (siglas en inglés de Hombre y Biosfera) a que la candidatura de Valles Pasiegos pudiese optar al sello sin ellos tal y como estaba planteada, ha obligado al resto de municipios burgaleses y cántabros a aceptar la recomendación del MAB y concurrir con una nueva propuesta fijada para el mes de diciembre y que se planteará en base a una estrategia nueva de «sostenibilidad», impulsando los valores «autóctonos y paisajísticos» del gran corredor interregional entre Cantabria y Burgos.
El mismo camino que la 'pasiega' parece llevar ahora la propuesta impulsada en la comarca de Liébana. Por el momento hay uno de los siete municipios, Pesaguero, que ya tiene bastante claro que no entrará. Se da la circunstancia de que cuenta con una importante población ganadera y que, al igual que Vega de Pas, el 85% de su territorio está en la zona núcleo de la reserva. Su alcalde, Enrique Sabaris (PP), confirmaba a este periódico que, en próximas fechas, convocaría el pleno para votar la adhesión, aunque adelantó que el sentido sería «en contra». Lo hace tras haber consultado a sus diez juntas vecinales «que han dicho todas que no quieren», confirmó. Sabaris coincide con los negacionistas pasiegos en que no se ha dicho toda la verdad respecto a las reserva y su supuesto lado negativo.
A pesar de las reticencias de estos tres o cuatro municipios lebaniegos y pasiegos, la Unesco ha otorgado ya a España un total de 52 reservas, y la mitad de ellas están registradas entre las provincias del corredor cantábrico y Castilla León. Así, comunidades como la asturiana cuentan con siete reservas, una de ellas interterritorial con Cantabria, la de Picos de Europa, y que ya integran municipios lebaniegos como Cillorigo o Tresviso. En este último caso, su regidor, Francisco Javier Campo, ha defendido siempre desde dentro una figura que para su municipio es una marca que les da «visibilidad mundial».
Hay otro municipio lebaniego que tampoco se ha pronunciado y es el de Cillorigo de Liébana, su regidor, Jesús Cuevas (PP), tiene una postura más neutral, pero coincide con Sabaris en que no se ha contado todo. Por ello, anuncia que convocará a las juntas vecinales para informarles de los pros y contras de la reserva, invitando «a todos», es decir, también a los sectores más críticos con la figura, una labor que cree que no se hecho hasta el momento desde el Grupo de Acción Local que defiende la candidatura y que preside el alcalde de Vega de Liébana, Gregorio Alonso (PRC). La intención del regidor de Cillorigo es que «todo el mundo esté bien informado y luego decidan libremente», explicó.
A la par, este periódico ha tratado de obtener una valoración del Grupo de Acción Local lebaniego, tanto de su presidente como de la gerencia, sin que se haya recibido respuesta.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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