Los Escolapios de Villacarriedo, 275 años de historia

El colegio Calasanz de los Padres Escolapios de Villacarriedo culmina el próximo domingo, 12 de junio, los actos conmemorativos del 275 aniversario de su fundación. Lo hará con una misa que oficiará el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, y con una comida de hermandad en la que participarán antiguos alumnos y a la que aún hay tiempo para apuntarse. Se trata del centro educativo más antiguo de Cantabria y por sus aulas han pasado miles de estudiantes, algunos de ellos fueron personajes muy conocidos como el banquero Emilio Botín o el poeta León Felipe, entre otros.

Las actividades para festejar esta fecha tan importante para el colegio comenzaron un año atrás pero, debido a la pandemia, se realizaron la mayor parte de ellas de puertas para adentro y destinadas al entorno educativo y a la Orden de los Padres Escolapios.

El de Villacarriedo ostenta el título de ser el centro educativo más antiguo de Cantabria. Así lo cuenta el padre José Antonio Álvarez en una breve historia del centro que elaboró para un libro de fotografías antiguas y en el que se refiere al fundador. «Hace poco más de 300 años un hidalgo carredano llamado Antonio Gutiérrez de la Huerta y Güemes emigró como un jándalo más a las tierras del sur de España...». Ese fue el primer cimiento de esta historia, la del vecino que acabó donando su fortuna a una obra pía, la de fundar un colegio en su pueblo natal. «El nuestro es sin duda el colegio más antiguo que empezó a impartir las clases a los niños de la calle», explica con pasión y cierta nostalgia este religioso que ha ejercido la mayor parte de su vida de profesor en el centro (desde 1969) y que, en la actualidad, es párroco de Villacarriedo.

El 12 de junio de 1746 se fundaba el centro y ya desde sus inicios adquirió bastante fama, debido «al éxito» de los estudios que se impartían y «porque aún no se había creado ningún centro escolar en la región, solo había seminarios para seguir la vida consagrada y sacerdotal», explica el padre José Antonio Álvarez.

Y es que el colegio fue adquiriendo fama ya que se empleaban métodos didácticos que para aquella época eran «profundamente innovadores», describe el religioso. «El creador de la orden, San José de Calasanz, promulgaba que sus sacerdotes fuesen pobres pero les conminaba a no escatimar medios para la educación de los niños», sentencia el párroco.

Y es que la orden tenía sedes en muchos países y, por ello, el centro educativo conserva piezas de taxidermia e inventos de casi todos los rincones del mundo. Así lo explica el actual jefe de estudios, Félix Aramburu, que relata como hace algún tiempo el equipo directivo decidió «catalogar todas las piezas» y hacer un museo con ellas. «Lo que tenemos es una maravilla», describe. Desde máquinas a vapor, aparatos de proyección, inventos de mecánica hasta una zona dedicada a los indios motilones de Colombia o animales disecados «de un montón de países: tenemos desde cocodrilos hasta ballenas», explica. Aún queda por hacer y la idea es que algún día «se pueda visitar», incide.

A la par, por el centro educativo han pasado miles de alumnos, pero algunos brillaron más que otros. Así, por Villacarriedo pasó por ejemplo el banquero Emilio Botín, el insigne poeta de la generación del 27 León Felipe, el sexto señor de Soñanes, Fernando Fernández de Velasco o, también, el fundador del Museo Marítimo de Santander, Augusto José González de Linares. Este último «nos regaló una cantidad importante de conchas marinas», rememora el padre José Antonio.

El centro educativo ha pasado además por muchas etapas y varias guerras (la de la independencia, las carlista, la civil), así como por algunas crisis. Por ejemplo, con la desaparición del bachillerato antiguo estuvo «a punto de desaparecer» y el colegio se salvó gracias a la unión de los alcaldes y a la movilización de los vecinos de la zona que lo volvieron a impulsar. En la actualidad, el centro imparte estudios a unos 200 alumnos de todas las etapas y de Formación Profesional, además de ciclo de grado medio y programas de apoyo a la diversidad, manteniendo también alumnado en régimen interno.

Desde el colegio se invita a los antiguos alumnos a inscribirse en los actos finales del aniversario. De hecho lo pueden hacer aún a través de la página web.

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