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Todo comenzó con una sencilla exposición de fotos antiguas en 2015 y acabó implicando a todo un pueblo en la apasionante aventura de rescatar del olvido su pasado reciente y concentrarlo en la edición de un gran álbum familiar. De esta forma, acaba de salir de la imprenta 'Esles de Cayón, la memoria en imágenes', un volumen editado por Librucos, con textos del historiador local Javier Obregón, y que selecciona un total de 300 instantáneas que relatan gráficamente la historia más contemporánea del que fue galardonado como Pueblo de Cantabria 2018. La obra ya está, desde ayer sábado, a disposición del público.
Esles de Cayón ya no es sólo un pueblo con título oficial de ser muy bonito y pintoresco, sino que rezuma historia a través de un pasado de personajes ilustres que habitaron sus calles y que se adivinaba ya en sus nobles edificios de indianos y casonas montañesas blasonadas. La Asociación Cultural El Hayedo y la Junta Vecinal de Esles acaban de presentar este libro que, cómo dice uno de sus principales impulsores, el historiador Javier Obregón, les ha descubierto «un mundo distinto, cercano y desconocido» de su pueblo. El punto de partida fue la exposición que se organizó en mayo de 2015 a iniciativa de la mencionada asociación. De hecho, el evento no sólo sirvió para reunir fotos de Esles sino que avanzó en un proyecto más amplio que acabó en la publicación de un libro de todo el valle de Cayón, en el que se llegaron a reunir más de 4.000 fotografías antiguas. Una experiencia que contagió también a vecinos de las cuencas del Pas y el Pisueña, como Selaya y Villacarriedo, y que trabajan ya en la edición de otro libro similar en esas zonas.
Pero volviendo la mirada a Esles de Cayón, el libro -que se puede conseguir a través de la editorial Librucos o en la ermita de San Antonio hasta el 16 de agosto, en horario de 16.00 a 20.00 horas- surgió de las «historias» y conversaciones que generó aquella primera exposición. «Los propios vecinos nos hablaron de maestros, de militares, nos dieron nombres y contaron anécdotas que nunca hubiéramos podido imaginar», explica Obregón. «Artistas y políticos o nobles e hidalgos que habían vivido aquí junto a hombres y mujeres emprendedores de poderosos recursos. Ilustres personajes que habitaron también junto a pobres labradores», resume el historiador.
La Junta Vecinal de Esles ha sido uno de los apoyos fundamentales para que el pueblo pudiera armar el puzzle en imágenes de su propia historia y darle voz a esas fotografías antiguas y mudas hasta el momento. «El objetivo era recoger el fiel reflejo de nuestro pasado y dejar testimonio del legado de quienes, antes que nosotros, vivieron aquí», añade el alcalde pedáneo, Ángel Cobo. «Creo que el interés especial por la historia de nuestro pueblo, sus tradiciones y costumbres es compartido por muchos de nosotros», incide el pedáneo, en alusión a la «alta participación» de muchas personas y vecinos que han ayudado en las tareas de recopilación e información para dar contexto a los personajes, los edificios y sus parajes incomparables como su hayal.
El libro está prologado por la diputada regional y concejal cayonesa, Ana Obregón, que también tiene sus raíces en éste pueblo. Su padre es el coordinador de este trabajo (Javier Obregón) hijo, a su vez del catedrático, escritor y político (expresidente del Parlamento de Cantabria) Eduardo Obregón, quien también forma parte de la historia local y de Cantabria. «Creo que este libro, al que mi padre le ha dedicado muchas horas, engarza la labor didáctica de un historiador cuyo anhelo es mantener indeleble la huella de una historia forjada con el paso del tiempo», opina la representante de la tercera generación de esta saga familiar en Esles.
Un rastro, el del paso del tiempo, que queda patente en las imágenes, «de muy diversa naturaleza», y que construye el relato a través de instantáneas que reflejan temáticas amplias como la industria, el comercio, las romerías, las labores del campo, los juegos populares o la religiosidad. «A través de esas páginas podemos observar la evolución de varios aspectos socioeconómicos y culturales, el simple hecho de contar con imágenes de personas cogiendo agua en las fuentes para abastecerse al no disponer de suministro en sus casas, son clara evidencia de lo mucho que ha variado todo en los últimos 50 años», reflexiona también la edil y diputada cayonesa en el prólogo.
Las imágenes descubren también curiosidades e historias entrelazadas, una de ellas que las calles o barrios de la pequeña localidad sirvieron para dar nombre a varios barcos: Esles, Ruda o Hayedo fueron algunos de los ejemplos de esa herencia de mar en un pueblo de montaña y que está ligada a otra saga familiar, la de los González Camino.
Hoy en día las calles de Esles y sus edificios se mantienen bien conservados, y uno de esos ejemplos es que aun perviven los restos de lo que fue una de las más antiguas fábricas de quesos de la región con el nombre de la Española (1896), en el barrio de Rivero.
Esles también tiene un pasado de ultramar que se adivina en alguno de sus edificios más emblemáticos. De allí, por ejemplo, desciende también el actor Ramón Pereda Saro (1903-1986), un indiano que se transformó en un famoso galán y productor de Hollywood y que nació precisamente en esta cuna cayonesa.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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