Gabino Diego se reencuentra con su antepasado pasiego

Estos días en Vega de Pas muchos se han encontrado paseando por sus verdes parajes con una cara conocida y sonriente, la del galardonado actor madrileño Gabino Diego. El intérprete ha elegido este rincón de Cantabria a invitación del historiador pasiego Javier Gómez Arroyo, para reencontrarse con sus orígenes y pasar unos días en la «calma y paz» que le ha procurado esta estancia. «Es una maravilla estar aquí, te sientes olvidado del mundo, hay mucha tranquilidad y es una tierra que te atrapa, no sé cómo expresarlo», explica.

De su bisabuelo, con el que el actor guarda un parecido físico más que notorio, ya sabe muchas más cosas gracias a Gómez Arroyo que comenzó a investigar su historia a raíz de conocer a una prima del padre del actor, Maggie Pelleyá Diego-Madrazo, que se hospedó en la posada. Y es que el padre de Gabino Diego, se apellida por las dos partes Diego, ya que sus antepasados, que emigraron a Cuba, «muchas veces se casaban allí entre primos», explica. En realidad eran Diego-Madrazo «pero a veces quitaban uno de los dos apellidos, y yo estoy valorando en la familia recuperar el Madrazo», bromea Diego, en alusión al linaje exitoso del segundo apellido (Madrazo) que portó el insigne médico pasiego.

Según la biografía elaborada por Gómez Arroyo, al que el actor madrileño dice admirar, el bisabuelo se llamaba Francisco Diego-Madrazo y Ortiz, nació en Vega de Pas en 1872 y salió rumbo a Cuba, «siendo aún imberbe». Así, de la nada «acabó saboreando la admiración y el respeto como ciudadano poseedor de una de las mayores fortunas de la isla caribeña, además de ser uno de los cofundadores del diario La Correspondencia, referencia en la historia del periodismo cubano.

En su estancia en Vega de Pas, pueblo que ya conocía por algunas visitas realizadas con su familia, ha podido recorrer todos los barrios pasiegos, disfrutar de una visita a las Cuevas de Puente Viesgo y de la fotografía de postal (disciplina a la que es más que un aficionado) de los verdes valles pasiegos. «Lo que más me ha gustado es el paisaje, los bosques, las rutas... las vistas desde Estacas de Trueba, es todo maravilloso, como salido de un cuento», añade.

Como buen heredero de sangre pasiega, Diego acumula alguna que otra anécdota vital. Una de ellas con el expresidente Revilla al que al llamar una vez por teléfono le dijo en su característico tono purriego: «¡Gabino, pasiego!». También «hace poco» le paró en Madrid un posible pariente que le reconoció y le dijo : «¿sabes que yo también soy Gabino y Diego?». «Y yo le contesté: ¡entonces, tú eres pasiego! – y me dijo que sí– y que su abuela era nodriza. Al parecer los nombres de Gabino y el apellido Diego son muy pasiegos», sonríe divertido el actor al recordar el casual encuentro. Y es que los pasiegos son como aquel dicho gallego, y uno se los puede encontrar en la luna.