Hallan 25 vacas muertas en San Roque de Riomiera

La dantesca escena se la encontraron los ganaderos cuando fueron a buscar sus vacas. Según la Guardia Civil, los hombres relatan cómo dejaron a las reses pastando fuera, en una finca, pero al llegar a recogerlas este domingo no las encontraron. Más tarde, accedieron a la cuadra y fue cuando descubrieron que estaban dentro amontonadas. El recinto estaba «cerrado por dentro», según explican diversas fuentes municipales y la principal teoría es que, dada la falta de ventilación y el hacinamiento, hayan podido morir «por asfixia». Al menos esa es la versión inicial que manejaban ayer los vecinos, incluido el alcalde de San Roque, Antonio Fernández, que se trasladó por la noche al lugar, pero que declaró no tener muchos más datos de lo sucedido.

El jefe de Gabinete de Ganadería, Julián Vélez, explicaba a preguntas de este periódico que, según lo que les iban comentando, los animales estaban encerrados porque la tranca de la puerta estaba caída «por dentro» de la cuadra. No obstante, prefería no aventurarse ante ninguna hipótesis antes de que la Guardia Civil haga su investigación.

Lo que sí confirmó es que los animales, según la versión de los ganaderos, estaban sueltos en un recinto al aire libre y se les encontró luego en la cuadra. «Nosotros hemos enviado allí al jefe de sección para saber qué es lo que está pasando y ver en qué se puede ayudar», explicaba.

El 112 ha informado de que, cuando llegaron los efectivos para hacerse cargo de la situación, comprobaron que había cerca de 30 reses en situación compleja, con la mayoría de ellas ya fallecidas, porque se encontraban «en una atmosfera no respirable y condiciones de salubridad comprometidas». Por este motivo, se tramitó una solicitud de apoyo del parque de bomberos de Torrelavega, que fue apoyado por personal de la Consejería de Ganadería del Ejecutivo.

Con trajes especiales y equipos de respiración autónoma los bomberos del 112 y los bomberos municipales extrajeron, en una difícil intervención, los cuerpos de 25 vacas muertas y consiguieron salvar a tres que permanecían con vida en el fondo del invernal, donde se ubicaba una pequeña ventana por las que les entraba oxígeno.

Los propietarios del ganado ya preveían que desalojar la cabaña sería difícil porque aunque acercaron un tractor para sacar a los animales que aún estuvieran vivos, se dieron cuenta de que «no podían acceder sin equipos especiales», debido a los gases que se desprendían desde el interior por el hacinamiento y los animales muertos.