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Desde Entrambasmestas a Aguayo, pasando por La Espina del Gallego o Monte Cildad, los ganaderos están cruzando los dedos desde que cae el sol hasta ... que amanece. Hace ya un tiempo que tienen ataques de lobo pero la cosa empieza a preocuparles más en estas fechas, ya que no hay día en el que reciban una mala noticia. El caso no es ajeno tampoco a las guarderías de la zona que, día a día, tienen que certificar casos de todo tipo de ganado, y así lo hacen.
En Aguayo, muy cerca del Pantano de Alsa mataban ayer un potro a un ganadero, con la suerte de que otros dos lo vieron y grabaron la escena. En la misma se puede ver a los dos ejemplares comiendo al animal con una manada importante de buitres acechando. Es una zona de «braña» dice el ganadero afectado con el que se ha puesto en contacto El Diario Montañés. Habla con resignación porque sabe que las indemnizaciones llegan «tarde» y no valoran como ellos al animal. «Era una potra maja, la había dejado para mí», lamenta.
Donde le han matado el potro está cerca del municipio de Luena, allí hace tiempo que los ganaderos duermen con un ojo abierto. Desde Entrambasmestas a Resconorio y el alto del Escudo ha habido matanzas y no pocas. Vacas, terneros, potros u ovejas. No saben cuantificar cuántos animales mordidos o malheridos han dejado, pero los agentes del Medio Natural los están certificando como lobo. Allí, un grupo de ganaderos denuncia el acoso al que están sometidos de manera ya permanente. «En algunas zonas del valle de Luena estamos hartos de los continuos ataques de lobos», explican en un escrito dirigido a este periódico. «A diario matan o muerden a algún animal, tenemos al lobo al lado de nuestras casas y no podemos seguir viviendo con miedo debido a esta amenaza diaria», subrayan.
Entienden que no se puede matar así como así a la especie, y tampoco piden eso, pero sí «que los echen de los pueblos, de nuestras casas para que los vecinos y los animales podamos vivir en paz, ya no es la pérdida económica es también el estado animal», explican. Y es que duele ver un potro o un ternero sufriendo por una mordida o agonizando. En este sentido, ruegan a la administración que haga algo. «Urge controlarlos, pero de verdad, no que próximamente nos encontremos en la misma o peor situación, ya que no es lo mismo un ataque cada cierto tiempo que de manera continuada», afirman.
Y es que el repunte de ataques es un hecho que nadie discute, pero ponerle remedio es otro asunto que está en manos de la administración y la ley. «Estamos atemorizados, amenazados e indefensos y perdiendo animales a diario, que son nuestro patrimonio, nuestro sustento», añaden.
Reflejan que las indemnizaciones por el animal no es la solución a tanto sufrimiento porque prefieren tener al ejemplar vivo. «No nos quejamos de las indemnizaciones en caso de que se produzcan, porque desde luego no supone la pérdida total del animal, pero no equivalen al ataque continuo que padecemos, por lo cual no debe de ser la solución final porque el daño se puede seguir produciendo», afirman.
Se trata de un grupo de ganaderos afectados que lamentan la situación creada en la zona y es que entienden que la manada o manadas que están atacando a su ganado están ya «matando por matar». En este sentido, indican que están atacando hasta ejemplares mayores, cosa que no es habitual. También que los ataques «a grandes, pequeños, viejos o jóvenes» mucha veces los dejan «malheridos y no se los comen». «No hay derecho que nos quiten nuestros animales de esta manera, aunque sean viejos», lamentan.
También denuncian que el lobo ya acecha a la puerta de casa y en zonas donde hacía mucho que no se le veía por lo que no hay escapatoria. «Da igual en qué dirección te muevas porque atacan de igual manera estando en una propiedad que en el monte, no sabemos ya dónde llevarlos», insisten .
«Nos preguntamos si nadie pensará en el dolor y sufrimiento de los animales mientras mueren o viven mordidos o desgarrados», lamentan, a la par que comparan las numerosas trabas administrativas y burocráticas que tienen que solventar para tener legal y cuidado al ganado, con las medidas que se toman para poner control a este problema que están padeciendo. «Parece que quieren acabar con la ganadería y con la vida de los pueblos en general, por eso urgimos una solución», concluyen.
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