El «lobo solitario» de Vega de Pas regresa a Yera y hace una escabechina

En la imagen captada por la cámara del vecino de Yera, el lobo aparece sobre las «siete de la mañana» muy cerca de la puerta de su casa otra vez. También se le ve rodear la finca y volver por el barrio de más abajo, para pasar los puentes y regresar a una zona boscosa. Allí, en esa zona, hace semanas se comió el lobo a la perra de José Luis Ruiz, otro vecino que cree que se trata del «mismo ejemplar», ya que tiene un comportamiento «desordenado», opina. Es decir, el animal entra por uno de los puentes del río Aján, ruta turística muy frecuentada, y sale por otro viaducto al otro lado del barrio pasiego, recorriendo los caminos situados a las puertas de las casas. Según los testigos que se lo han encontrado de frente y lo que registra la cámara, es un solo lobo, no dos. Le han grabado al menos dos veces en el último mes y escapa por «el mismo sitio», se sabe el camino y no le importa encontrar vecinos. «No se asusta», dicen.

No obstante, la guardería que acudió a ver los animales muertos de la vecina afectada el pasado lunes sostiene «que podían ser dos» -explica ella que le dijeron los guardas-. A la mujer le han matado «tres corderas» y el guarda ha certificado que se trata de un ataque de lobo. «No sé si algún día van a atacar a una persona», reflexiona disgustada por los animales. Tanto si son dos como si es un solo lobo, lo cierto es que los vecinos de esta zona y de Pandillo se están acostumbrando a verlo. «Esto no es lo normal», añade otro de los implicados, aludiendo al cambio de comportamiento de esta especie, algo que ni el Gobierno de Cantabria niega. A José Luis Ruiz nadie le quita de la cabeza que es un solo ejemplar. Lo dice porque ha consultado a expertos en el lobo ibérico de la Universidad de Valencia, a los que ha hecho llegar los vídeos nuevos y los relatos. Para él, el animal que se ha visto por Yera y han registrado las cámaras actúa siempre igual: entra y sale por un mismo sitio, va a por presas fáciles, muerde a varias pero sólo se come a una... y los vecinos lo han visto «solo», sin manada y pegado a las casas y a los caminos.

Otro motivo que lleva a este vecino a pensar que es un lobo el que actúa, es que el cánido se llevó a su perra pequeña, Titi, a la que enterró y luego desenterró en la zona boscosa frente a su casa. Lo hizo para poder seguir comiendo otro día, lo que responde a un comportamiento «desordenado», según los expertos. Titi desapareció durante los ataques de hace un mes. Además, el pasado lunes, la cámara de su vecino Javier también detectó una manada de treinta buitres ayudándo al cánido salvaje a «acabar el trabajo», explica Ruiz, quien reclama la extracción del animal. «Conocemos la preocupación del Gobierno Regional, pero a Dios rogando y con el mazo dando», cuestiona. Sea uno o dos, de momento en Yera todo el mundo duerme con un ojo abierto. Por si acaso.