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Sinuosa, bella y enigmática. Así es la carretera de montaña que une los valles del Trueba y el Miera, desde Espinosa de los Monteros (Burgos), con los valles pasiegos, merachos y trasmeranos, y que conecta con la capital cántabra. Se trata de uno de ... los puertos de montaña españoles que más días al año permanece cerrado por la nieve y eso es algo que se quiere remediar, ya que también es de los últimos que quedan por arreglar. Es además uno de los puntos, no el único, que ha animado a varios municipios y colectivos cántabros y castellanoleoneses a hacer frente común para crear la Asociación nacional El Resbaladero de Lunada y darse a conocer. Acaban de hacerlo oficial y en su agenda está la elaboración de una ruta GR de homologación nacional, con salida en Medio Cudeyo y meta en Espinosa.
El nombre 'Resbaladero de Lunada' no es casualidad, sino uno de los símbolos que refleja el pasado común y de costumbre pasiega de los municipios burgaleses y cántabros a cada lado de Portillo de Lunada. El colectivo recién creado integra los municipios de Medio Cudeyo, Riotuerto, Miera, San Roque de Riomiera y Espinosa de los Monteros. Liérganes también está representado, a través de su asociación hostelera y del colectivo cultural Chuberashka. Asimismo, hay otro colectivo adherido por la parte burgalesa, Eco Turismo Merindades.
Su presidente, Manuel Abascal Bonaechea, lleva varios años dando vueltas a una idea para promocionar una zona de Cantabria con altos valores culturales, patrimoniales y paisajísticos, pero enferma de despoblación. «Nuestro fin es la defensa, preservación y promoción de los valores que fomenten y persigan el desarrollo de estos territorios ahora en declive, colaborar en frenar la despoblación y recuperar su viejo esplendor», explica mientras repasa mentalmente una apretada agenda de reuniones para lograrlo desde el mirador de Covalruyo, el mismo que inspiró a Gerardo Diego en su poema al río Miera. Un paisaje cargado de historia común entre merachos, pasiegos y espinosiegos o sobanos.
A todos ellos les une la historia de los barcos de la Armada Española, cuyas velas se fabricaban en Espinosa, y las talas de madera de la montaña pasiega que descendían a la vertiente cántabra del puerto de Lunada por el ingenioso invento del Resbaladero que abastecía de troncos las fundiciones de Liérganes y La Cavada. Esa historia siempre ha estado vertebrada por el puerto de montaña y el Camino Real que llegaba desde Santander a Medio Cudeyo y que ascendía hasta Lunada «Nos integramos por nuestros vínculos con los valles del Trueba y el Miera, con los que convivimos e hicimos sociedad», añade el alcalde de Medio Cudeyo, Juanjo Perojo, desde donde parte la primera etapa.
Inicio: La ruta parte de Solares pasando por Riotuerto (La Cavada), Liérganes, Miera (Mirones, Linto y Ajanedo) y San Roque y La Concha.
Medio: Desde la Concha se accede al alto de Lunada con parada en el resbaladero y la denominada Casa del Rey.
Meta: Desde el alto se baja por las Machorras, Bárcenas y Espinosa. Éste último tramo es la montaña pasiega burgalesa.
En la parte de las merindades burgalesas viven el proyecto con «mucha ilusión» porque, al igual que San Roque de Riomiera, consideran vital mantener ese vínculo y recuperar la comunicación a través del arreglo de la carretera de Lunada. «Nos pareció una idea genial porque tenemos la misma idiosincrasia, la misma cultura de la vaca, el prao, los sobaos...», explica Jesús Mari Martínez, uno de los promotores y buen conocedor de la historia pasiega. En el tramo burgalés hay una base militar, una estación de esquí -ahora cerrada- y casas rurales o albergues que potenciar. «Pretendemos recuperar un nexo de unión de dos comunidades que comparten modos de vida, cultura, lenguaje y vínculos comerciales o familiares desde siempre», subraya el alcalde de Espinosa, Raúl Linares.
Además de conocer el legado del Marqués de Valdecilla en Medio Cudeyo, descubrir el pasado artillero de Liérganes y la Cavada, los enamorados del senderismo descubrirán un impresionante valle glaciar o hazañas increíbles de la ruta del estraperlo, vestigios de calzadas medievales, la historia de los Monteros de Espinosa y ¿porque no? hasta comer unas estupendas anchoas castellanas.
Tono Gándara es una de las personas que se ocupa de diseñar esta futura ruta «en tres o cuatro etapas» sobre un recorrido de unos 60 kilómetros. La industria artillera es el hilo conductor, al igual que el río Miera por donde discurren los senderos del itinerario. Se buscará financiación para la señalización y la limpieza y mejora de espacios. «Por allí se pasaba antes, en la época del estraperlo, se subía a Espinosa para buscar trigo y otros artículos», explica Gándara. Espinosa es considerada además una de las «cuatro» villas del mundo pasiego junto a puertos como «la Sía o Estacas de Trueba», enumera este experto sobre un paisaje burgalés que bien podría ser cántabro.
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