La mano que traza la historia de la humanidad

Comparado, apenas una décima de segundo son los 120 años que el mundo lleva disfrutando de los avances científicos aportados por la cueva que lleva el nombre de ese monte, El Castillo, un yacimiento esencial para comprender la evolución de los estudios paleolíticos en todo el viejo continente. Tanta es su relevancia que, de hecho, las excavaciones siguen aportando datos, no solo sobre el arte rupestre sino sobre el desarrollo social, cultural, religioso, desde el Homo Neanderthal al Homo Sapiens.

Allí llegó en un frío y lluvioso noviembre de 1903 Hermilio Alcalde del Río junto al padre Lorenzo Sierra, inmersos en comprobar la importancia de distintos yacimientos en la zona. Y allí se encontró pronto con una de las mayores singularidades del arte rupestre que guardaba la cueva, decenas de pinturas, grabados y, especialmente, el panel de las manos impresas en la roca.

Si el Gran Hotel presumía de huéspedes como Benito Pérez Galdós o Marcelino Menéndez Pelayo, el Vallisoletano daba cobijo a Henri Breuil (que ya había trabajado con Alcalde del Río), Hugo Obermaier y Paul Wernert, reconocidos arqueólogos que se sumaron a la excavación entre 1910 y 1914, primera misión del Institut de Paléontologie Humaine de París, fundado por el príncipe Alberto I de Mónaco.

El monarca monegasco quiso comprobar personalmente el aprovechamiento de su mecenazgo en 1909 y 1914, visitas replicadas por su tataranieto, Alberto II, en 2010 y en octubre de 2022, con motivo de la inauguración del Centro de Arte Rupestre, que espera poder abrirse al completo el próximo mes de diciembre.

En 120 años han sido muchos los pasos dados para reforzar la importancia de la cueva, algunos tan llamativos como el que se dio a mediados del siglo XX con la inauguración del gran aparcamiento en la base del monte y, especialmente, la carretera que llegaba a la explanada que da la bienvenida a la cavidad, algo que multiplicó las visitas que se registraban hasta entonces.

Puente Viesgo vivía en aquella época un esplendor inusitado de la mano del balneario, con presencia habitual de grandes personalidades de la política, la cultura y el ejército de España, algo que contribuyó también a dar mayor cobertura mundial a su pasado prehistórico.

En ese contexto, en 1965 el pueblo recibió el entones prestigioso Premio Conde de Guadalhorce, remate turístico por toda la escuadra para una localidad que tuvo que esperar a la Selección Española de fútbol y su renovado balneario para volver al candelero mediático.

Recuerda el historiador Pedro de la Vega como, coincidiendo con el centenario del descubrimiento, se inauguró en la antesala de la cueva el centro de interpretación, la «cabaña tecnológica», como la llamó su arquitecto, Peridis. Una gran carpa que magnifica el vestíbulo, paneles que sitúan al visitante y le preparan para lo que va a ver.

El 7 de julio de 2008 Puente Viesgo se vestía de gala para celebrar la inscripción de sus cuevas, El Castillo, Las Monedas, La Pasiega y Las Chimeneas, como Patrimonio de la Humanidad. En marzo del año pasado una invitada especial, 'La Dama Roja', fue la encargada de inaugurar el nuevo Centro de Arte Rupestre, un paso más en la historia de un enclave crucial para la humanidad.