El misterioso zepelín en Vega de Pas
Vega de Pas ·
El 2 de marzo de 1925 aterrizó en la villa pasiega un dirigible de la marina francesa, ante la enorme sorpresa de los vecinos, que fue noticia en toda la prensa nacional del momentoSecciones
Servicios
Destacamos
Vega de Pas ·
El 2 de marzo de 1925 aterrizó en la villa pasiega un dirigible de la marina francesa, ante la enorme sorpresa de los vecinos, que fue noticia en toda la prensa nacional del momentojose javier gómez arroyo
Sábado, 28 de septiembre 2019, 09:16
Era una apacible y lluviosa mañana de marzo de 1925 cuando de repente las vacas de Genaro el de la Maza comenzaron a mugir y a correr desbandadas prado abajo contagiando su terror al resto de animales colindantes. El ruido de las asustadas reses no ... parecía normal, lo que alertó a todos vecinos del pueblo que rápidamente dirigieron su mirada hacia el origen de la estampida. La sorpresa fue mayúscula al comprobar que por la cumbre de la montaña de la Braguía, origen de tan atronadores bramidos, aparecía una especie de colosal morcilla voladora con hebras incluidas que, por su aparente dirección y descenso, se disponía a aterrizar en la plaza del pueblo. Exaltados dieron la voz de alarma ante tan gigantesco objeto volador no identificado, pues era evidente que no se trataba de grulla alguna ni pajarraco afín, pero el rebelde viento lo viraba hacia el barrio de Candolías haciéndolo rebotar sobre las puntiagudas copas de los árboles que retardaban su declinación. Perseguido durante interminables minutos por una nutrida y perturbada fracción de pasiegos, el descomunal artilugio tomó tierra en un prado de dicho distrito, concretamente en la finca de la familia Pelayo Horé, los de la botica.
Una vez sedimentado el cachivache a la diestra de la capilla de la hacienda nadie se atrevió a tan siquiera tocarlo, pues el puntual sitio de oratorio elegido confería al aterrizaje un carácter místico y divino, casi podría decirse que sobrenatural. Transcurridos unos minutos y ante la inexistencia de signos o vestigios de comunicación sonora, visual o espiritual con el exterior, el entonces alcalde de la localidad don Manuel Gómez Ruiz ordenó la inspección del titánico aparato que fue llevada a cabo por los efectivos de la Guardia Civil, que también se hallaban presentes en el cumplimiento de su deber y en el lugar de los atípicos hechos. Confirmada la ausencia de vida terrestre, alienígena o inmaterial y verificada la carencia de gases nocivos en su interior que pudieran poner en riesgo la salud de los concurrentes, el regidor solicitó la ayuda de tan meritoria fuerza de seguridad para amarrar a tierra el fálico mamotreto y poder determinar, a la vista de las pruebas allí presentes, su procedencia, naturaleza u origen. Tras unos cuarenta minutos de deliberación el supremo concejal y la benemérita pareja lo tenían claro, todo parecía apuntar a uno de esos armatostes en forma de supositorio que tan de moda estaban por aquellos años surcando los cielos del mundo exterior a los Montes de Pas, se trataba en definitiva y sin lugar a dudas de uno de esos modernos artificios llamados dirigibles y que eran conocidos popularmente en la época con el genérico nombre de zepelín.
Los dirigibles eran aeróstatos capaces de volar en el aire sostenidos por múltiples celdas de gas de hidrógeno o helio no presurizado, con forma de estructura cilíndrica y fabricados con aleación de aluminio y un casco cobertor de tela. Su aplicación fue de lo más variopinta, pues fueron utilizados ya desde finales del siglo XVIII como transporte de personas y mercancías, para espionaje y ataque militar y posteriormente para usos aerofotográficos, aerostáticos, deportivos o para fines publicitarios y el sobrenombre de zepelín fue debido al noble alemán Ferdinand von Zeppelín, fundador de la compañía germana de dirigibles Zeppelin.
Los pasiegos de la Vega de Pas custodiaron el insólito chirimbolo durante un par de días, durante los cuales fueron varias las conjeturas que se barajaron en cuanto a la determinación del artilugio y su procedencia, aunque en breve se resolvió el enigma al recibirse en la Delegación del Gobierno Civil de Santander un comunicado del ministerio de Marina francés. No era un dirigible sino un globo-salchicha, así denominado por nuestra naval milicia, destinado a observaciones meteorológicas, de 120 metros cúbicos de capacidad, con la inscripción 'Aeronautique militaire 3.122 M. N.' y que se soltó de su amarre sin tripulantes en la localidad francesa de Burdeos. Quizá el uso más constante que han tenido este tipo de globos haya sido el meteorológico, para medir velocidades y dirección de los vientos a diferentes alturas, aunque su mayor defecto estaba en la escasa maniobrabilidad para guiarlos en una dirección determinada. Es entonces cuando se plantea el gran problema de poder encarrilarlos a voluntad, obteniendo como resultado los dirigibles que tanto revolotearon por los cielos de nuestros cinco continentes hasta su ocaso tras la tragedia del LZ 129 Hindenburg en 1937, la aeronave más grande del mundo jamás construida y que se incendió en su aterrizaje en Nueva Jersey causando la muerte de 35 personas, lo que significó el fin de los dirigibles como medio de transporte.
Toda la prensa nacional se hizo eco del acontecimiento: «Dirigible misterioso en Santander: Desde primeras horas de la mañana un dirigible de gran porte navegaba a la deriva por esta provincia. La noticia se propagó rápidamente en la población, saliendo en su busca gran número de automóviles. Esta tarde el globo ha sido recogido en la Vega de Pas, haciéndolo aterrizar varios vecinos y amarrándolo a un árbol para impedir que el fuerte viento lo arrastrara». (Diario de Valencia, Diario ABC, Diario de Alicante... marzo de 1925). En cualquier caso, para el recuerdo queda esta simpática foto captada por el reportero gráfico señor Campúa de este travieso globo-salchicha huido a la aventura y que irrumpió la tranquila paz de los pasiegos, fue cháchara de cocinas y acontecimiento singular del pueblo de Vega de Pas nada acostumbrado a sobresaltos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.