Borrar
Con las primeras nevadas, la circulación por la zona se hace prácticamente inviable. Sane
La nieve que separa vidas en invierno ya está en Lunada

La nieve que separa vidas en invierno ya está en Lunada

El presente ·

Mientras se espera el arreglo de la carretera hasta Burgos, los temporales de los últimos días han vuelto a bloquear los 17 kilómetros que distancian a los vecinos de San Roque de Riomiera y Espinosa

ELENA TRESGALLO

Santander

Domingo, 13 de diciembre 2020

La nieve separa vidas durante el largo invierno de Lunada. Los 17 kilómetros de carretera que unen San Roque de Riomiera (Cantabria) con Espinosa de los Monteros (Burgos) quedan bloqueados durante varios meses al año por la nieve y esto trae consecuencias a sus habitantes. Pasiegos y espinopasiegos son primos hermanos y se retroalimentan; vecinos a los que les unen lazos culturales y de sangre, que comparten pastos desde antaño en las montañas y que, cada temporal, se ven obligados a dar un gran rodeo para verse. Esto es así por la dura orografía de este puerto que, en alguno de sus sinuosos y pindios tramos, se bloquea por los aludes. La esperanza sigue puesta en la redacción del proyecto y ejecución del arreglo de la CA-643 hasta la frontera con Burgos, en Portillo de Lunada.

Ganaderos, comerciantes, hosteleros y familias, a todos ellos les cambia la vida con las primeras nevadas sobre el puerto de Lunada. Los que bajan a trabajar a San Roque tienen que quedarse la semana o armarse de paciencia en el coche para dar un importante rodeo por la A-67. También los ganaderos de las zonas de Calseca (Ruesga), San Roque o Medina (Burgos) lo tienen complicado para atender el ganado ya estabulado.

Las borrascas en cascada de los últimos días han adelantado el invierno y Lunada era ayer el único puerto de montaña cerrado de la región. «De momento la quitanieves está funcionando y, bueno, se han abierto los caminos, pero llegan hasta cierto punto y luego no hay forma de pasar», explica Javier Pérez, un joven ganadero de Calseca (localidad pegada a San Roque pero que pertenece a Ruesga). Sus vacas están ahora invernando en los cabañales y mantenerlas es más costoso. «Los camiones con comida para los animales bajan por Lunada y si tienen que desplazarse por la zona del norte de Burgos -que es donde lo compramos- tiene que bajar por otras carreteras y llegar por Liérganes, esto supone que nos aumenta más el porte y todo se encarece», explica.

Dos hombrescaminan tras un coche en el puerto de Lunada. Sane

Del mismo modo, el comercio y la hostelería también pierden clientes al uno y otro lado de la frontera con Burgos aunque no siempre tiene porque ser todo malo porque la nieve puede ser un foco de atracción turística. Así lo apunta Agustín Valentín-Gamazo, propietario del complejo hostelero rural Cabañas con Encanto. «No cabe duda de que el acceso natural por la meseta es por el norte de Burgos, y que la nieve obliga a dar un paseo por la A-67. Se da un pequeño rodeo pero el paisaje nevado también es un atractivo», añade.

Pero la nieve no siempre se ve tan bonita cuando uno se tiene que desplazar a diario y recorrer más de cien kilómetros para llegar al mismo punto, el que tienen en verano a tiro de piedra. De hecho, en San Roque hay «tres o cuatro» vecinos que tienen la pareja en Espinosa de los Monteros. Así lo relata su alcalde, Antonio Fernández. «Aquí tenemos una trabajadora que cuando se bloquea el puerto tiene que dejar a su hija y su marido en Espinosa y pasar la semana con sus padres», refleja.

El trato comercial con Espinosa es otra de las cosas que los vecinos echan bastante de menos. «Quien más quien menos sube arriba (Espinosa) al mercado, al taller a pasar la ITV», añaden desde la villa pasiega.

«Esto no se abre por lo menos hasta abril, te lo digo yo» apunta un vecino. Y es que están acostumbrados a pagar su condena. «Cuando el viento sopla por allí arriba apila la nieve en las laderas y puede haber metro y medio de nieve», corrobora el alcalde. De hecho una de las dificultades para que el paso se abra con quitanieves son los aludes y el mal estado de la carretera. «Todo va muy despacio», interpreta Fernández, que reconoce que la Consejería de Obras Públicas ha hecho «muy bien» el tramo hasta Villanueva. «Pero nos falta el resto», insiste. De hecho lleva haciéndolo media vida, la que lleva ya de alcalde.

La nieve es un gran atractivo para los turistas que buscan en las cabañas un refugio frente al covid. Sane

Y es que la Consejería de Obras Públicas mejoró los primeros 2.000 metros de tramo de este puerto entre San Roque y Villanueva con una inversión de casi 700.000 euros, lo que supuso un importante avance pero quedan los 15 kilómetros más complicados. Hasta el momento se han ejecutado ya diversos estudios para ver como abordar la obra, ya que se trata de la «última carretera de puerto de montaña» que queda por recuperar en Cantabria. Para ello hay «tres estudios» ya hechos de índole ambiental y geotécnico que «servirán de base» para la redacción del proyecto definitivo y culminar la CA-643 hasta el puerto de Lunada.

En la parte de las Merindades siempre han vivido el proyecto con «mucha ilusión». Así lo manifestaba a éste periódico, antes incluso de las primeras nieves, el alcalde de Espinosa, Raúl Linares. El hecho es que, al igual que San Roque de Riomiera, consideran vital mantener ese vínculo. En el tramo burgalés hay una base militar que a ellos les abre el paso hasta la frontera. También una estación de esquí -cerrada- casas rurales y un albergue de montaña por potenciar.

Los regidores de San Roque y Espinosa forman parte desde hace un año de la Asociación El Resbaladero de Lunada que integra varios municipios de Valles Pasiegos y Trasmiera hasta las Merindades. Uno de los objetivos, por no decir el principal, es potenciar esta ruta que antaño servía además para el estraperlo. Para ello, trabajan juntos alcaldes y colectivos sociales, culturales y turísticos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes La nieve que separa vidas en invierno ya está en Lunada