El nuevo albergue de Miera se suma a los atractivos turísticos para frenar la despoblación

Primero fue un columpio gigante con vistas al mar, luego un banco de grandes dimensiones y ahora el municipio de Miera estrena un nuevo albergue, que se suma a los recursos turísticos para disfrutar del valle y de paso, contribuye a cumplir un objetivo fundamental: evitar la despoblación. La instalación ha sido inaugurada este martes por la consejera de Turismo, Eva Guillermina Fernández, que ha visitado la localidad acompañada del alcalde, José Miguel Crespo (PRC). El Ejecutivo ha invertido 165.000 euros en adecuar el edificio de la antigua escuela 'La Solana', de propiedad municipal, que cuenta con 139 metros cuadrados y capacidad para 16 personas. El objetivo de la actuación es continuar mejorando la oferta turística del valle –también en el ámbito de la restauración–, una de las vías más importantes, si no la más, para aumentar la población y frenar el descenso de habitantes en los núcleos rurales. Es precisamente éste el aspecto destacado por la consejera, que ha definido el albergue como «una nueva infraestructura turística que contribuirá a mejorar la oferta de alojamiento en todo el valle y atraerá a aquellos visitantes que quieran disfrutar de la naturaleza y el paisaje de montaña». De montaña pero con vistas al mar, porque desde los pozos de Noja, el enclave donde se sitúa el columpio gigante, se llega a ver el mar. La atracción no deja de despertar el interés de vecinos y turistas.

El 'despertar' turístico de la comarca ha de ir acompañado de una buena oferta de alojamiento y el albergue es ya un primer paso hacia delante. Fernández ha incidido también en la importancia del servicio para los habitantes de la zona, «que tienen la oportunidad de crear una pequeña línea de negocio», dijo. Aunque este martes se ha celebrado el final de las obras de adecuación, el albergue aún no está en funcionamiento. Lo estará una vez que el Gobierno de Cantabria dote al edificio del mobiliario y los servicios necesarios, algo que sucederá «próximamente» para poder estrenarlo «en el menor tiempo posible».

Por su parte, el alcalde ha recordado que se trata de un proyecto «con el que comenzamos a trabajar en el año 2015, pero se produjo un cúmulo de despropósitos». Crespo ha dicho que se trata de «un activo turístico más» que estará a disposición de quien lo necesite. «Si uno decide venir a hacer una ruta de senderismo ya tiene donde quedarse o si hay espeleólogos visitando la zona...», ha expresado.

La edificación consta de dos plantas y un área de uso común con salón-comedor, cocina, baño accesible y recibidor junto a la puerta de entrada. En la planta superior se han dispuesto dos habitaciones de 16 metros cuadrados cada una y también hay baños y aseos independientes. La sobriedad y la funcionalidad son las características del interior del espacio, que si todo va según lo previsto, podrá estar listo pronto para alojar a sus primeros visitantes. La antigua casona cuenta además con un balcón por el que asomarse a disfrutar de las «espectaculares» vistas, como ha destacado la consejera.

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